Tras un año de atronador silencio musical, y después de reaparecer con más ganas e ilusión que nunca en el Teatro Real de Madrid, la segunda parada de la gira de Pastora Soler se hará en Córdoba el 12 de junio. La plaza de toros será el escenario en el que la cantante mostrará su enérgico y arrollador directo con un espectáculo lleno de colores en el que, además de los temas de su último disco, Sentir, que apenas ha podido desplegar debido a la ausencia de actuaciones, promete celebrar sus 25 años en la música regalando canciones que no pueden faltar en su repertorio. Su carrera no ha parado de evolucionar, pasando por distintos y cambiantes momentos, tanto en estilo -empezó con copla- como en ánimo -en 2014 anunció su retirada-, y ahora la cantante se siente orgullosa de haber creado, a veces contra viento y marea, su propio estilo musical, en el que, según señala, seguirá investigando y evolucionando.

Vuelve a los escenarios, empezando nada menos que en el Teatro Real. ¿Cómo se ha sentido de nuevo ante el público?

En este momento, en el que tenemos tantas ganas de retomar la actividad, se convirtió en una noche muy emocionante. Es un teatro muy especial, pero, además, las circunstancias hacen que lo saboreemos más que nunca. Tanto nosotros como el público, que está muy receptivo, a pesar de ir con mascarilla. De cualquier forma, la emoción se transmite y traspasa la mascarilla. Es una nueva realidad y hay que acostumbrarse a ella.

Ha pasado por distintos y cambiantes momentos de su carrera, tanto a nivel profesional como personal. Ahora demuestra que la pandemia no ha podido con usted. ¿De dónde saca la energía y las ganas?

Mi carrera ha sido de mucho fondo. He sido muy perseverante, he ido pasito a pasito y creo que esto te da una estabilidad a la hora de trabajar, e incluso, ayuda a reponerte a los malos momentos, porque en 25 años de carrera es inevitable que haya momentos mejores que otros. En mi caso, la vocación ha sido el motor que me sigue marcando las ganas de superar obstáculos, de seguir consiguiendo cosas e ilusionarme.

Lleva 25 años sobre los escenarios en los que ha defendido 12 discos. ¿Es ese pasito a pasito el secreto para mantenerse?

Sí. Creo que eso te da estabilidad, porque también es importante encontrar el equilibrio entre tu vida personal y esta carrera tan absorbente. A veces, nos obsesionamos por alcanzar rápidamente nuestras metas y, al final, te das cuenta de que en este trabajo la meta es mantenerte cada día. Hay que tener ambición, pero hasta cierto punto.

¿Qué balance hace de estos años? ¿Qué ha aprendido?

He sido muy feliz, he aprendido muchísimo, pero sigue estando en mí la ilusión de la niña que empezaba, que quizá sea el motor fundamental de todo esto. La experiencia es la que te enseña, y 25 años dan para mucho, pero, sobre todo, me considero afortunada por dedicarme a lo que he soñado desde que era niña. No es fácil, pero soy feliz haciendo esto.

Su carrera ha evolucionado hacia lugares muy distintos. ¿Está donde quiere?

Sí, me considero afortunada de haber podido hacer en cada momento lo que he querido. La búsqueda personal y artística ha sido difícil para mí. Yo empecé haciendo copla, pero siempre he buscado mi identidad artística y ha sido una inquietud muy mía que, incluso, las discográficas o las personas que me rodeaban no veían. Pero me siento realizada y estoy feliz de que la gente venga a mis conciertos por ese estilo y el sonido musical que he ido creando. Me siento muy orgullosa de haberlo podido conseguir, de haber podido crear mi estilo, y tengo planes de seguir investigando y evolucionando.

‘Sentir’ debería haberse desplegado en los escenarios el pasado 2020. ¿Cómo ve este trabajo ahora, un año después?

Todos los que hemos sacado disco a las puertas de la pandemia sentimos que lo hemos trabajado mucho menos que de costumbre, porque lo que quieres es cantarlo en directo, y eso da mucha pena. Por eso y porque lo grabé embarazada, este disco es para mí muy especial.

Hábleme del espectáculo que ofrecerá en Córdoba.

Hay canciones de Sentir, por supuesto, ya que es una oportunidad de pasearlo un poco. Pero quien me conoce sabe muy bien que en mis espectáculos hay un poco de todo lo que yo soy como artista. En el escenario yo me remonto a la copla, siempre hay un guiño a este género con el que empecé. Son conciertos con muchos colores dentro de un mismo show y, sobre todo, con mucho sentimiento. La gente, además, está a flor de piel, muy receptiva a sentir cosas y a emocionarse. Es un concierto muy emocionante. Hay canciones que nunca faltan en mi repertorio...

¿Se recurre a las nuevas tecnologías en esta gira? ¿Cómo es la puesta en escena?

No siempre se puede llevar un gran escenario con pantallas gigantes, pero me gusta cuidar la estética del espectáculo. Para mí las luces son muy importantes, igual que buscar un clima diferente para cada canción. Esos detalles se cuidan mucho.

Ha cantado con grandes intérpretes a dúo. ¿Qué le aportan estas colaboraciones?

Eso siempre enriquece muchísimo. Unir tu voz, tu música y estilo a otros artistas siempre te enseña. Yo he tenido la suerte de cantar con casi todas las personas que son iconos importantes en mi vida, como Raphael, Alejandro Sanz o Armando Manzanero, grandes estrellas que he admirado toda mi vida, pero también con los jóvenes esa unión te enriquece.

¿Habrá alguna sorpresa de este tipo en su actuación en Los Califas?

No lo sé. Para el público es un atractivo. En Madrid lo pensé, pero, tal y como están las cosas, nos conformamos con estar nosotros. Aunque en Córdoba me encantaría.

¿Qué significa para usted esta parada en Córdoba?

Es una ciudad muy importante en mi carrera. Allí hice un disco con Manuel Ruiz Queco y durante mucho tiempo cogía el AVE todas las tardes con mi madre para ir a Córdoba. Ese trabajo supuso un antes y un después en mi carrera, eso siempre tendrá un significado muy especial, y actuar en Los Califas es muy importante. Me transmite muchas cosas y, a nivel personal, he pasado momentos maravillosos, como, por ejemplo, mi despedida de soltera. Tengo muchas ganas de Córdoba.