Se ha colado en las nominaciones al Oscar, con seis candidaturas (incluyendo mejor actor y película), esta ópera prima en la ficción de Darius Marder. Una producción de lo más sencillo, en el buen sentido de la palabra, rodada con un estilo genuinamente indie americano, que profundiza en la pérdida y la asimilación de lo irremediable.

Sound of metal (Amazon Prime) arranca con una imagen y un sonido bastante potentes: un tipo con el torso desnudo y tatuado, con el pelo tintado, sentado a la batería y baquetas en mano, expectante y preparado para comenzar a golpear los platos y parches con toda la fuerza, mientras su novia hace sonar ruidosamente la guitarra que acompaña la estridente voz que sale de su garganta. Son un dúo de doom metal que se gana la vida con la música, viajando en su autocaravana. Pero no todo es ruido, fuera del escenario escuchan música más suave y beben zumos. Él lleva cuatro años alejado de la heroína. Y todo va bien hasta que ocurre lo que ocurre: lo peor que le puede suceder a un músico, la pérdida de audición. A partir de entonces, aparece la ira y el odio hacia una situación irreversible que impregna al protagonista de confusión. La entrevista con el médico que lo enfrenta con la dura realidad, la esperanza de una posible curación gracias a un implante, la operación fallida, el internamiento en un centro para aprender a comunicarse y asimilar lo que hay… 

Una vez perdido el oído no habrá vuelta atrás y tendrá que renunciar a la droga que le mantiene vivo: la música… Y el amor. Decir adiós a la gira en que la pareja está inmersa, incluso poner en cuestión el amor entre ellos.

La interpretación de Riz Ahmed es sencillamente perfecta, merece estar compitiendo por la estatuilla con grandes actores como Antonhy Hopkins o Gary Oldman. Olivia Cooke le da la réplica como compañera sentimental y profesional.

Y una última recomendación: escuchar con auriculares, pues su estudiado sonido lo merece.