La madrileña Sala Retiro subastará el próximo 13 de junio dos obras del pintor cordobés Julio Romero de Torres. La licitación se iniciará a partir de las 18.00 horas e incluirá dibujos, grabados, pinturas y esculturas de diferentes autores. Con el número de lote 521 figura el óleo sobre tabla Joven fumando y con el 522, Cordobesa .

Junto al resto de grabados, dibujos, cuadros, muebles, colecciones y otros objetos artísticos, ambas obras se exponen desde el 20 de mayo al 12 de junio, en la citada sala, situada en la avenida Menéndez Pelayo de la capital de España. La primera de las dos obras salidas de los pinceles del artista cordobés es una pintura realizada sobre la paleta de 34 por 23 centímetros y firmada por Julio Romero de T .

DE JUVENTUD El óleo sobre tabla es la primera obra conocida de Romero de Torres y fue realizada en Córdoba en el periodo comprendido entre 1888 y 1890, cuando el pintor todavía no había cumplido los 20 años. La directora del Museo Julio Romero, Mercedes Valverde, considerada como la mejor conocedora de la producción artística del pintor de Córdoba, ha catalogado Joven fumando , en el que todavía no se hacen presentes los rasgos característicos que lo hicieron mundialmente famoso.

No obstante, ya es apreciable la influencia de su padre, Julio Romero Barros, que se hace patente en las notas costumbristas de esta primera obra. Joven fumando no es la primera vez que sale a subasta. En esta ocasión, el precio de salida fijado por la sala es de 19.000 euros. Por su parte, Cordobesa , un óleo y temple sobre lienzo de 44 x 56 centímetros, será subastado, igualmente, aunque con un precio de salida de 180.000 euros. El cuadro aparece firmado y dedicado al doctor Semprún por el propio Julio Romero, al dorso. La obra se encuentra datada en torno a 1906, fecha en la que regresa del viaje realizado por varias ciudades europea, donde el estilo de los grandes maestros comienza a hacerse presente en su obra y hasta cristalizar en un lenguaje propio que le convertirá en el representante español más destacado del simbolismo que alcanza su máxima relevancia en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX. La figura femenina protagoniza Cordobesa , un cuadro en el que la figura humana parece desafiar al espectador, envuelta en un mantón negro y falda ligeramente azulada. Dos naranjos, situados a ambos extremos enmarcan la obra, de la que el informe de la sala destaca la calidad de una composición pictórica "ejecutada con soltura y poco empaque, y que, a pesar de los escasos elementos introducidos por su autor, se presenta como una obra completa y concluida".