LA CARCEL DE SEVILLA

Compañía: El Velador

Dramaturgia y dirección: Juan Dolores Caballero

Actores: Miguel Angel Vargas, Bene Cordero, Chema del Barco, Julián Manzano, Juanjo Macías, Eva Rubio, Rebeca Torres

Música: Inmaculada Almendral

Espacio escénico: Juan Dolores Caballero

Vestuario: May Canto

Iluminación: Diego Ramírez

Asesor Literario: Antonio Cabello

Lugar: Gran Teatro. Fecha: 17 de marzo

La cárcel de Sevilla , ha sido la primera de las funciones que se ha representado en el ciclo del Gran Teatro dedicado al teatro andaluz. La producción es de la compañía El Velador. El texto basado en un entremés anónimo del siglo de oro con incrustaciones cervantinas (El rufián viudo ).

La dirección escénica es de Juan Dolores Caballero. La obra se desarrolla en una prisión en la que unos presos, todos ellos y ellas tipos del hampa característica de la picaresca, cumplen sus condenas. El argumento es simple, sencillo, propio de una pieza corta, de una obrita tal y como son los entremeses. Pero la dramaturgia y la dirección escénica han querido hacer de una obrita una obra. Para ello se alarga excesivamente el desarrollo de los acontecimientos, se mantienen pausas en el diálogo que frenan la acción y la emoción, se acude a redundancias, se usan efectos rítmicos vocales que se acompañan de evoluciones escénicas de carácter procesional que no aportan más que adorno a la puesta en escena, pero nada a la fluidez del espectáculo, ni a la intensificación de la acción. La interpretación de los actores es deformada hasta el punto de que buena parte del texto no se entiende con claridad. No parece que al director le haya interesado transmitir el texto, más bien presentar una muestra de las filigranas, o expresionismos visuales y sonoras que se pueden atribuir a un texto, algo que está muy bien como ejercicio o experimentación, pero no creo que sea adecuado como producto acabado y final si éste cuesta trabajo ser descifrado, no por la complejidad de los conceptos, sino por la desfigurada dicción que se plasma en el trabajo de actores. Una dicción postiza, obstaculizada a propósito con dientes postizos. En esta línea, la voz de los actores se mantiene generalmente en la tesitura del grito, dando como resultado una monótona expresión, pues la expresión dominante es la de lo grotesco y soez.

ESTETICA DE LO FEO No basta con que se haya optado por una estética de lo feo, feas son las pinturas negras de Goya, pero escalofriantes y llenas de conmoción o sátira. Lo feo en esta función no llega a ser un valor estético, conceptual, sino más bien un resultado formal. El espacio escénico, también de Juan Dolores Caballero, está definido por tres pilares arquitectónicos que, con simplicidad, sí cubren las necesidades ambientales de la acción. El vestuario masculino es correcto para lo que se espera de unos presos abandonados en una cárcel como son las cárceles, pero el vestuario femenino es chillón y en nada tiene ni la textura ni la teatralidad que unas tipas tan casposas deberían vestir. Se ha pretendido hacer de una pieza corta una obra larga, pero el ritmo se ha perdido, y como consecuencia la intensidad de la emotividad y fluidez verbal.