Hay autores que no se sujetan a obediencia alguna, que no se rinden a la norma, que siguen fieles a la llama de la literatura pese a quien pese. Es el caso del granadino Francisco López Barrios (Granada, 1945), autor de una obra original y única que crece poco a poco, como lo hacen las cosas que realmente merecen la pena. Al leer en su día Amado pulpo intuí de pronto, ante la fascinación de la historia, que me hallaba ante uno de los autores más originales e interesantes del panorama literario español; la lectura de los relatos de El violinista imposible confirmaron esa intuición y lo mismo ocurre en su último libro, tan diferente como el largo título del relato que da nombre al volumen: La caza, captura y muerte de la abuelita hispánica, en una casa de lujo de una ciudad de lujo, sometida a la más rigurosa de las democracias y repleta de padres honestos y niños felices. El título es en sí mismo una declaración de intenciones, una crítica al sistema editorial, a los convencionalismos de un sector dominado por el efectismo. Parece un tópico y quizá lo sea, pero todo tópico nace de una semilla de verdad. El libro contiene seis relatos únicos escritos en diferente tono, pero con nexos comunes, pues en todos ellos late una pasión por la buena escritura o, como dice el propio autor en el prólogo «una radical devoción por el lenguaje». López Barrios es un orfebre por la forma en cómo construye sus relatos; esa devoción le lleva a utilizar la palabra justa, colocándola en su sitio como haría un ballestero: con una singular y llamativa precisión. En esos lances no rehúye el lenguaje escabroso, pero tampoco lo emplea de forma caprichosa. Dice exactamente lo que tiene que decir para hacer que el relato sea redondo. Todos ellos están, además, dedicados a alguien. Y no es este un detalle menor, pues López Barrios entiende la literatura como su propia vida y dedicar un relato es dar un pedazo de sí mismo.

El primero de los relatos, Cosa de hombres, aborda el duelo entre dos futbolistas, concretamente un delantero centro y un portero. El primero, un hombre ya curtido en el balompié; el segundo, más joven e inexperto, aunque apasionado en su devoción por el cuero. Entre ambos se produce una especie de duelo, como si fueran los teólogos de Borges o los duelistas de Conrad. Y como en esos relatos, que sin duda estaban en el inconsciente del autor, el duelo encierra una lucha entre la rivalidad y la admiración. Y en este caso la admiración es algo más…

El segundo, Éxtasis, es un canto a la juventud, una evocación de los tópicos literarios del carpe diem y el collige, virgo, rosas. Es también un elogio de la locura erasmiana; nos habla del paso del tiempo, de la fugacidad de las cosas y del esplendor del instante florido.

En La noche del terror del terrorista le sale a López Barrios su faceta más irónica y burlesca, retratando la cobardía del norteño desnortado, la absurda ridiculez de las Nekanes, la vulgar desfachatez de unos principios bastardos. Es el cuento más político, que el autor resuelve con humor, un humor crudo y descarnado que destroza muchos tópicos libertarios.

La plata en el espejo devuelve al escritor a su faceta más lírica. Brilla desde el primer momento con una bellísima descripción de una casa abandonada. Y en ese marco incomparable crea un relato de decadencia y aflicción que se tejió en siglos y que culmina en un presente sórdido, fruto de un pecado inconfesable que traspasa los océanos del tiempo.

El penúltimo es el retrato de una abuela desaparecida y unos nietos cegados por el miedo. Recuerda al mejor Stephen King, sobre todo en esos niños extraños que realizan un acto atroz con la naturalidad de su confusa ética infantil. Los niños actúan con la lógica de los chicos perdidos de El señor de las moscas de William Golding, y su actuar horripila por la frescura pueril con la que cometen el crimen, con el que rompen el mayor de los tabúes.

Con Patera termina el autor. Es el relato de una venganza que empieza con el miedo. Es la historia de dos mundos enfrentados, de dos modelos y de lo que pasa cuando se entrecruzan. Basada en la historia periodística de dos legionarios ahogados en el estrecho de Gibraltar, López Barrios teje una trama de rencor y miedo. Y de cómo el pasado condiciona el presente.

López Barrios da, una vez más, una lección de lo que significa hacer literatura sin concesiones, por eso es irreductible, pues no se deja reducir, disminuir; no se sujeta a obediencia ni se ciñe.

‘La caza, captura y muerte de la abuelita hispánica...’.

Autor: Francisco López Barrios. Editorial: Dauro. Granada, 2021.