La Virgen de Luna regresó este domingo a su santuario de la Jara, tras haber permanecido en la parroquia de San Miguel de Villanueva de Córdoba desde el 6 de junio.
Miles de personas acompañaron a la patrona en los diez kilómetros de camino y en la jornada romera, una vez que llegó a la ermita. A las 8.15 horas salía la Virgen de Luna portada a hombros desde la parroquia, dirigiéndose la comitiva de la cofradía-hermandad, con los hermanos, devotos y miembros de la Corporación municipal hasta el Regajito, donde tuvo lugar la despedida oficial con la imagen del patrón San Miguel, con el revoloteo de la bandera, el toque del tambor y la compañía de la banda de música. En ese lugar, el alcalde, Gabriel Duque, le retiraba el bastón de alcaldesa perpetua, que en junio, en la llegada, recibió por primera vez.
Por la cooperativa olivarera se iniciaba el camino y, ya desde el inicio, se podía ver la enorme cantidad de romeros que emprendían la caminata junto a la Virgen de Luna. Hubo un descanso en el Pozo de la Legua, donde no faltó la invitación a tostaos y vino.
A las 12.15 horas se situaba la Virgen en la última cruz del camino y tal era la multitud de personas que querían ver llegar a la patrona a la ermita que los portadores tuvieron difícil avanzar hasta que, finalmente, llegaba a las 12.40 horas y empezaba la procesión y la misa, en el patio del recinto, cantada por el coro romero Nuestra Señora de Luna y oficiada por los tres sacerdotes de Villanueva de Córdoba y el párroco de Santa Catalina de Pozoblanco, en la que se pidió a la Virgen por la lluvia tan necesaria.
Después, y con gran ambiente, también con personas llegadas de Rubí, tras el hermanamiento con Villanueva de Córdoba, llegó el momento de tomar un refrigerio, mientras no paraba de tirarse de la soga de la campana.
Ahora la Virgen de Luna permanecerá en su santuario, «cuidando de la bellota», hasta que el 12 de febrero sea trasladada a Pozoblanco.
