El 8 de febrero de 1521 La Rambla fue testigo del posicionamiento de la región andaluza respecto a la sublevación de los comuneros de Castilla contra el reinado de Carlos I. En el quinto centenario de la Santa y Real Confederación de la Paz, como es conocida, lugar donde 55 diputados andaluces consiguieron evitar una guerra civil y firmar la concordia de un reinado cuestionado desde sus inicios, en 1516, el Ayuntamiento y la asociación cultural Culturam han creado una comisión con la que conmemorarán el aniversario. Cuando la situación sanitaria de la pandemia lo permita se celebrará un ciclo de conferencias y una teatralización de la efeméride. Para el alcalde de la localidad, Jorge Jiménez, «es el acontecimiento más importante de la historia de nuestra ciudad».

En el hospital de la Caridad se dirimieron las decisiones, proclamadas entre clamores en la Plaza Mayor del pueblo. Aceptar el poder del Rey, «así como solicitar tener en cuenta las peticiones de los comuneros y resolver la situación a través del diálogo y no con armas» fue lo acordado entre los 17 acuerdos, apunta Rafael Urbano, presidente de Culturam, que desmiente la idea de la popularmente conocida como reunión de los anticomuneros. La situación estratégica de la localidad, en el centro geográfico de Andalucía, y el título de población de realengo fueron razones de peso para elegir La Rambla como cónclave, relata Urbano.

La localidad rambleña del siglo XVI era el reflejo de una población campesina, en la que la mayor parte de sus vecinos vivían en cortijos, que convivieron en esa jornada con cerca de 200 soldados, defensa de los diputados.

«Al ser puerta de Andalucía, había infraestructura suficiente para albergar a los viajeros que pasaban», mesones en los que hospedarían a los Reyes Católicos o a Miguel de Cervantes. En 1526, en una visita de Carlos I, agradeció el logro de la asamblea cediéndole a La Rambla un diputado. Este hecho quedó reflejado en una placa de piedra.