El panadero de Fernán Núñez (Córdoba), por cuya muerte se juzga a E.C.B., recibió un "disparo de gracia" en la nuca y, posiblemente, a quemarropa, es decir, con el cañón del arma muy cerca del cuerpo, según han manifestado los peritos que han declarado hoy.

En la tercera sesión de la vista, el jurado ha escuchado la declaración de un médico forense que ha explicado que el disparo fue "sorpresivo, sin posibilidad de defensa, por detrás y apuntando a una zona vital como el cuello", lo que se conoce como "disparo de gracia" por lo que "es muy poco probable que fuese un disparo fortuito", tal y como asegura el acusado, para quien el fiscal pedía en su calificación provisional 17 años de prisión.

El forense ha relatado que, cuando acudió al lugar de los hechos, que tuvieron lugar en febrero de 2008, encontró el cuerpo boca arriba con las manos en cruz y tuvo la impresión de que el cuerpo había sido manipulado.

Ha precisado que la autopsia del cadáver ha revelado que el proyectil penetró entre dos vértebras y le lesionó la médula espinal, lo que le provocó una hemorragia que le produjo una parálisis funcional del sistema respiratorio y cardíaco.

Por su parte, un perito del departamento de Química de la Guardia Civil ha apuntado que, por la marca de pólvora que dejó la bala en la ropa de la víctima, el cañón de la pistola se encontraba próximo al contacto, lo que se denomina "a quemarropa".

Este perito ha indicado que los análisis practicados revelan que había restos de pólvora en las manos y en la chaqueta de E.C.B.

Sobre el resto de muestras halladas en el lugar del crimen, un agente de la Policía Judicial de la Guardia Civil ha declarado que se encontraron restos de cocaína, arroz para secar droga, papeles que se usan con distintas sustancias estupefacientes y plantas de marihuana, por lo que ha añadido supone que el lugar estaba preparado para manipular droga.

Por último, otro médico forense ha informado de que el cabello de E.C.B. analizado en marzo de 2008 reveló que había consumido cocaína los dos meses anteriores, pero ha precisado que esta prueba "no sirve de aval para determinar si tuvo una alteración en su voluntad el día de los hechos".

Ha explicado también que el consumo de cocaína por vía nasal no supone ninguna alteración en la percepción del bien o del mal y que "se pueden controlar los impulsos".