Hay amores con obsolescencia programada y otros sin fecha de caducidad. En un mundo marcado por la rapidez y las relaciones fugaces, aún hay quien apuesta por el amor con mayúsculas, un camino no exento de dificultades al que solo se llega practicando el respeto, la tolerancia y el cariño. Se puede celebrar el 14 de febrero o no, pero el amor nunca pasa de moda.

Alfonso y Virginia: 10 años de novios y 54 como marido y mujer

Alfonso y Virginia se conocieron en 1959. Ella tenía 15 años y él, que era amigo de su hermano mayor, 21. Como era habitual en la época, él le tiró el anzuelo a ella y Virginia lo cogió. «Recuerdo bien los años de novios, las fiestas con el picú, las risas con los amigos, eran otros tiempos, pero lo pasábamos bien», recuerda Alfonso, que pidió la mano de ella en un encuentro con los padres en el que intercambiaron una pulsera de pedida para Virginia y un reloj para él. «Estábamos muy enamorados», aseguran, «y aún conservamos esos regalos». Dependiente de una tienda de tejidos, cuando hubo oportunidad, tras diez años de novios, se casaron. Luego Alfonso pasaría a Galerías Preciados y de ahí al Corte Inglés, hasta que se jubiló.

Ella siempre ejerció de ama de casa aunque confiesa que le habría gustado estudiar para ser... enfermera o auxiliar. Padres de dos hijas a las que ahora, él tiene ahora 82 años y ella 76. «Para que un matrimonio sea duradero, hay que sobrellevarse y discutir de vez en cuando, el que diga que no, miente, pero sobre todo, tiene que primar el cariño y el respeto». A Alfonso, aficionado a los crucigramas, al tenis y al Real Madrid, le gusta «todo» de Virginia. A ella, «la seguridad que tiene, lo metódico y lo detallista que es». Con 62 años de confidencias a las espaldas, no se recuerdan sin el otro. «Y que sea por muchos años más».

Carmen y Andrés, enamorados desde hace décadas. Gema Albornoz

Carmen y Andrés: toda la vida bebiendo los vientos por el otro

Carmen y Andrés llevan una vida, 68 años, bebiendo los vientos el uno por el otro. Andrés, que nació en 1936 en Espejo y se quedó huérfano de padre y madre tras la guerra, se enamoró de Carmen, aguilarense, siendo un niño. «Es una mujer de las que hay pocas», afirma convencido. Cariñoso y hacendoso, ella no tiene queja de su marido, un hombre de campo que nunca ha sido machista y siempre le ha ayudado con todo, asegura. De hecho, mientras ella habla conmigo, él prepara la cena. Para Carmen, Andrés, con quien ha tenido cuatro hijos, es «el hombre más bueno del mundo y, siendo una persona de pocas palabras, lo demuestra todo con hechos». Recuerda cuando se le acercó por primera vez siendo niños y le dio las buenas noches. «Estuvimos de novios ocho años, muy controlados siempre, yo tenía 15 y el 22, pero siempre fue muy respetuoso». Para Carmen, que asegura que la relación a estas alturas es «aún mejor» que cuando eran jóvenes, la fórmula mágica para una feliz convivencia es «que en caso de conflicto, al menos uno sepa callar a tiempo». Hablar en caliente nunca ayuda.

Mirian y Rocío, poco antes de su boda. Juan Manuel Vacas

Mirian y Rocío: de amigas especiales a pareja inseparable

Mirian y Rocío se casaron en agosto del 2019. «Nos conocimos en el 2011 por una amiga de la hermana de Rocío y empezamos a quedar primero como amigas especiales y luego como pareja», recuerda Mirian. Tres años después, decidieron irse a vivir juntas, adoptaron a su perro Simba y al tiempo, se dieron el sí quiero rodeadas de toda la familia. «Yo soy como una hija para mis suegros y al revés», afirman las dos, que han estado en cuarentena estos días tras dar positivo. «La pandemia nos ha unido aún más, nos encanta pasar tiempo juntas, nos enfadamos, pero los enfados aquí duran 5 minutos». Para ellas, la clave de su amor está «en la complicidad» y en compartir aficiones. A las dos les gusta coger la maleta de improvisto y viajar. «Pensábamos pasar San Valentín en Málaga, pero habrá que esperar, así que el 14 de febrero habrá cenita romántica».

El secreto del amor

Petri y Luis: El secreto del amor Manuel Murillo

Petri y Luis: desde los 15 años sin perder la chispa

Petri y Luis celebraron las bodas de oro hace dos años. Vecinos de San Basilio ambos, se conocieron con 15 años «y desde entonces, no nos hemos separado». Se casaron con 20, cuando Luis volvió de la Mili y aunque hubo otros pretendientes de por medio, ambos tuvieron claro desde el principio que los dos habían nacido para estar el uno con el otro. Trabajador de una fábrica metalúrgica él y costurera ella, Petri dejó de coser cuando tuvo a su primer hijo y hasta ahora. Luis no es de los que regalan por San Valentín, pero según su mujer, «es muy bueno y siempre lo ha sido, jamás me ha faltado al respeto y me ha hecho muy feliz. Aunque no sea muy detallista, él siempre me dice que si quiero algo, me lo compre yo», bromea. Tienen tres hijos y han recorrido media España juntos con el Imserso, pero ahora que ella está delicada de salud, Luis es quien está atento a lo que necesita. Como tiene que ser. 

Instagram hizo de cupido

Joaquín y Karen: Instagram hizo de cupido Manuel Murillo

Karen y Joaquín: flechazo cibernético a prueba de bombas

Karen y Joaquín llevan juntos algo más de un año y ya no se imaginan el uno sin el otro. Ella es influencer, de Valencia. Joaquín es militar en Córdoba y la conoció por Instagram. Le hizo un comentario en la red y a ella, que tiene más de 200.000 seguidores, le hizo gracia lo que le dijo y respondió. «Empezamos a hablar cada vez más y un día decidí coger el coche y me planté en Córdoba», recuerda Karen, «pasamos cuatro o cinco días juntos y me volví». De vuelta en Valencia, habló con sus hijos y les contó que había conocido a una persona especial y estaba pensando en cambiar de ciudad. Al cabo de un tiempo, se instaló aquí y ha sido «lo mejor que he hecho en la vida». 

Joaquín dice que se enamoró de Karen porque «siendo absolutamente preciosa por fuera, aún es más bonita por dentro y que lo da todo sin esperar nada por lo que a su lado, solo es posible ser feliz». Karen, 15 años mayor que Joaquín, estuvo casada 20 años (más 8 de novios) con el padre de sus hijos, pero asegura que lo que ha vivido con su pareja actual en un año no lo vivió en 28 de relación: «los mensajitos, los detallitos... los te quiero». En su opinión, «las relaciones largas sobreviven si se cuidan cada día porque si no, se apagan, hay que hablarlo todo, mantener la llama encendida y sembrar cariño si quieres recogerlo tú también». Para que su llama no se apague, este año celebran San Valentín con un fin de semana en la playa. Feliz 14 de febrero.