Los precios del gasoil y la gasolina se encuentran disparados en Córdoba y, más allá del ámbito doméstico, donde a menudo se puede elegir entre diferentes medios de transporte, la subida tiene consecuencias importantes para la economía, dada la relevancia de los carburantes en el desarrollo de algunas actividades en las que son imprescindibles como fuente de energía. De este modo, el presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi de Córdoba (Auttacor), Miguel Ruano, confirma que con la gasolina 95 superando los 1,6 euros por litro y el gasóleo en torno a 1,5 euros, «tenemos récord absoluto en los precios de los combustibles». 

Esta situación repercute de una forma significativa en un sector donde «después de la compra del vehículo y la licencia, este es el tercer mayor gasto», por lo que «las facturas se están disparando», admite. Ruano recuerda que los precios de la gasolina y el gasoil han subido más del 25%, y el del gas licuado del petróleo, por encima del 35%. Un aumento destacado si se tiene en cuenta que estos profesionales destinan un mínimo de entre 200 y 250 euros mensuales a la compra de combustible. Sin embargo, también destaca que los taxistas cordobeses cuentan con una unidad de suministro (en el Centro del Taxi, ubicado en el polígono del Granadal) en la que pueden adquirir combustible al precio que es suministrado, sin margen comercial, y ahorrar más de 14 o 15 céntimos por litro, lo que «en momentos como este, se agradece especialmente», subraya. El sector también está a la espera de la aplicación de la subida de las tarifas para el 2022, que será de un 2,98%. 

Otra actividad a la que afecta de manera especial la escalada del precio de los combustibles es el transporte por carretera. El presidente de Atransmerco, Tomás Aranda, detalla que «tenemos unos precios dados a los clientes y la subida no se la puedes repercutir cada día, se la puedes revisar dependiendo de lo que diga el contrato». Preguntado por el coste del combustible para estas empresas, indica que los vehículos que llevan 40.000 kilos de peso consumen unos 35 litros de gasoil cada 100 kilómetros, aunque «las marcas están estudiando mucho para que los vehículos gasten menos y también interviene la manera de conducir, hay profesionales que saben conducir bien y han dado cursos para ahorrar gasoil y eso se nota muchísimo», detalla. Aranda comenta que, habitualmente, las empresas del sector tienen descuentos en la compra de carburante «y también tenemos el gasoil profesional para los camiones de más 7.500 kilos», aclarando que las comunidades autónomas tienen impuestos en el precio y cada tres meses les devuelven ese dinero. En su opinión, la subida del gasóleo «no nos hace tener menos negocio, pero hay que ajustar los precios de los portes. A no ser que el que quiera transportar no pueda pagar... Al final, lo paga el consumidor final», subraya.

Por su parte, el presidente de la Asociación provincial de Autoescuelas, Rafael Cruz, confirma que el encarecimiento del combustible afecta a un negocio en el que «los consumos, normalmente, son altos», dado que «usamos coches diésel conduciendo siempre en ciudad, saliendo y parando». Al igual que en el caso de los taxis, apunta que los coches de autoescuela gastan un mínimo de 250 euros mensuales en combustible y precisa que «tenemos acuerdos con las petroleras y nos hacen descuentos, pero no pueden compensar las subidas tan grandes ni por asomo».

A su juicio, «si sigue subiendo el carburante al ritmo que lo hace ahora, en un año sería bastante difícil seguir la actividad, es inviable». En este sentido, el presidente de la asociación de Autoescuelas apunta que en estos momentos «la subida no se la extrapolamos al cliente, pero en poco tiempo tendremos que subir los precios, porque somos incapaces de continuar absorbiéndola. El precio actual es inviable», insiste.

De otro lado, para el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Ignacio Fernández de Mesa, con el alza de los carburantes «llueve sobre mojado», ya que «todo está subiendo de manera ostentosa y no va acompañado con una compensación en los precios de venta». Así, este responsable señala que la subida de los combustibles se suma a otros incrementos de costes en el sector y cita la electricidad, los fitosanitaros y el abono. 

Fernández de Mesa afirma que «el impacto es totalmente negativo» y hace hincapié en que la situación «pone en peligro la viabilidad de las explotaciones», ya que, además, se añade a la «tremenda sequía que estamos padeciendo».