Córdoba cerró el fatídico año 2020 con 40.339 personas paradas, un 25,48% de la población activa. De ellas, 3.225 desempleados tienen alguna discapacidad igual o superior al 33% y buscan como el resto de la población una salida laboral en estos momentos difíciles para todos. En 2020 se registraron en Córdoba 446.155 contratos, de ellos solo el 1,22% (5.451) fueron para personas con discapacidad. El 30% de estos contratos fueron para mujeres y el 70%, para hombres. En diciembre se firmaron 624, por lo que solo el 10% de quienes buscaban un empleo con alguna discapacidad lograron su objetivo. De ellos, 565 fueron temporales, el 90,5%.

La presidenta de Fepamic, Sara Rodríguez, reconoce que, durante estos duros meses, las personas con alguna discapacidad y los dependientes se han sentido «los olvidados de la pandemia» y admite que si siempre fue más difícil el encaje laboral de estas personas la crisis sanitaria lo ha puesto aún más difícil.

La misma administración competente, la Consejería de Empleo, admite que pese a que se está incrementando la contratación, en empresas ordinarias sigue siendo aún «exigua» la de personas con discapacidad, como lo es su escasa participación en el mercado de trabajo. «En la Junta de Andalucía somos conscientes de la desventaja que afronta el colectivo, por lo que su integración sociolaboral es una prioridad para nosotros y a la que orientamos recursos y esfuerzos», indican fuentes de Empleo.

En enero de este año, el número de personas con discapacidad paradas en Córdoba ascendía a 3.112, el 3,8% del total de desempleados cordobeses. La mayoría son mujeres (51%) y el 83% tiene estudios secundarios o postsecundarios. En torno al 50% de ese colectivo lleva más de un año demandando empleo.

Luis Javier Trillo, gerente de la Asociación Síndrome de Down, explica que había proyectos con empresas a punto de cerrarse y que «el covid ha supuesto un parón» en algunos de ellos. Durante la pandemia, las personas de su asociación que trabajan en empresas como Carrefour, Decathlón, Cafento, Clece, Colegio Ahlzahir o el cátering Mediterráneo, entre otras, han sufrido la misma suerte que el resto de sus compañeros: «Ha habido de todo, empresas que los han vuelto a llamar, otras que aún están en erte y otras que han rescindido el contrato», apunta.

Los centros especiales de empleo también han tenido que hacer frente a la crisis y las restricciones derivadas del covid. En Prode, con 23 unidades de negocio en el sector de la hostelería, la energía o los multiservicios, tienen la misma situación que el resto de la sociedad. «En erte hemos llegado a tener a 100 personas, ahora mismo hay 30. Somos un reflejo absoluto de lo que pasa en la sociedad», comenta Blas García, presidente de esta fundación. «Para la organización, esta situación nos está suponiendo un coste económico importante, independientemente de las personas afectadas, hemos tenido muchas bajas laborales y hemos teniendo que contratar a personas para mantener el servicio». En parecidas circunstancias está Fepamic, que en marzo tenía empleadas a 710 personas. «De ellos estuvieron en erte por fuerza mayor 31 y por causas organizativas, unos 39. Afortunadamente rescatamos a su gran mayoría en junio, pero aún siguen en erte 11 trabajadores», comenta la presidenta.

Pese a todas las dificultades, el empuje de estas entidades parece imparable. En estos momentos, Prode ha abierto una bolsa de empleo --pueden mandarse curriculum a cv@prode.es-- para extender el modelo de negocio que han desarrollado en el norte de la provincia. «En Los Pedroches ya no encontramos personas con discapacidad para dedicarlas a la hostelería», asegura Blas García, «necesitamos gente para ocupar esos puestos; no podemos hacer proyectos de empleo sin contar con una bolsa, donde lo primero que haremos será formar a esas personas». De hecho, Prode dispone de una escuela profesional, que ya está impartiendo cursos de formación de cocina, inglés y joyería, y en breve se van a impartir talleres de limpieza y auxiliar administrativo.

Además de los centros privados, la Administración también ofrece formación y asesoramiento para la empleabilidad del colectivo. Según la Consejería de Empleo, en el ámbito de la orientación hay unidades de Andalucía Orienta que atienden exclusivamente a personas con discapacidad, aunque este colectivo puede dirigirse también a cualquier unidad de orientación de las 24 existentes en la provincia. De los 71 profesionales del servicio, 14 trabajan en orientar a personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica (5 técnicos en caso discapacidad física u orgánica, 6 en caso de personas con discapacidad intelectual o psíquica y 3 técnicos para discapacidad sensorial).

Además, 8 de estos 14 forman parte también del programa de Acompañamiento a la Inserción, dirigido exclusivamente a las personas con discapacidad, que permite el acompañamiento, tras su inserción en el mercado laboral, durante un periodo de seis meses.

En este sentido, las personas con discapacidad que en 2020 participaron en un Itinerario Personalizado de Inserción (IPI) del programa Andalucía Orienta fueron 1.523, el 7,32% del total de beneficiarios. En el programa de acompañamiento a la inserción fueron alrededor de 450 y 40 entraron en el programa de experiencias profesionales, que facilita prácticas en empresas.

Vanesa González y Mila Perálvarez, usuarias del servicio de ocupación del área sociolaboral de Prode.

Un sistema de acompañamiento similar es el que implementó hace años la Asociación Síndrome de Down de Córdoba. Luis Javier Trillo explica que en la entidad tienen una cartera de servicios desde 1988 que cubre toda la etapa vital de la persona y que los objetivos que persiguen son autonomía e independencia. «Queremos que tengan los mismos derechos y obligaciones como cualquier ciudadano», indica.

La primera vez que esta asociación ayudó a que contrataran a uno de sus socios fue en 2002. Desde que Ángela dio aquel paso, han sido numerosas las veces que se ha puesto en marcha su fórmula del empleo con apoyo, que incorpora a un preparador laboral (un técnico de la asociación) con el contratado hasta que la inserción es completa.

Más recientes son los convenios de prácticas que se han empezado a firmar con administraciones como el Ayuntamiento de Córdoba, que por primera vez en su historia incorporó en 2019 a dos chicos de la asociación (José Sicilia y Luis Alejandro Puerto). La mayoría de estos convenios están ahora en stand by porque las administraciones han optado por el teletrabajo de sus plantillas.

Entidades como Fundación Prode, Fepamic o la Asociación Down Córdoba reclaman más implicación de la administración y exigen que se cumplan las cupos. En este sentido, entre los planes de empleo específicos del 2020 destaca el Plan Aire, que elevó al 6% la reserva de contratos para personas con discapacidad (la norma oficial exige un 2%) y ha permitido, según datos de la Junta, la contratación de 64 personas en Córdoba.

2.000 cordobeses se beneficiaron de ayuda de la Junta a este colectivo

Pese a la pandemia, la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo mantuvo en 2020 su prioridad de gasto para el colectivo de personas con discapacidad, destinando 7,5 millones en Córdoba a la convocatoria de incentivos para fomentar los puestos de trabajo de este colectivo. Para 2021, los presupuestos han recogido un incremento en la partida regional que roza los 85 millones.

El fomento a la integración laboral se hace «desde la convicción de que es necesario realizar un esfuerzo extraordinario para que estas ayudas sirvan para mantener empleo en un colectivo especialmente desfavorecido», aseguran fuentes de la Junta. Al mismo tiempo, han supuesto y supondrán una inyección de liquidez en los Centros Especiales de Empleo (CEE), en un momento crítico como el actual.

En Córdoba más de 2.000 personas con discapacidad se beneficiaron de las medidas de apoyo a la creación de empleo para este colectivo del SAE. La Junta hizo frente a todas las solicitudes, tanto por CEE como por empresas ordinarias, sin agotar el crédito disponible (se han gestionado 6,9 millones). «Siempre hemos tenido crédito para cubrir todas las solicitudes», apuntan.