Elegir qué carrera estudiar suele ser uno de los pasos más difíciles a los que se enfrentan los jóvenes en su periplo formativo. Una situación que se acentúa teniendo en cuenta el panorama actual, en el que la consecución de un puesto de trabajo cada vez es más complicada, también al salir de la universidad. En este sentido, las propias universidades, es el caso de la de Córdoba, cada vez dedican más esfuerzos en conseguir que los estudiantes estén también formados en capacitaciones profesionales que les abran el mercado laboral y que sirvan de apoyo al conocimiento adquirido.

Con todo este contexto podría pensarse que las salidas profesionales están en la cabeza de los estudiantes en los momentos de seleccionar sus opciones de futuro universitario. Nada más lejos de la realidad. Un estudio realizado en el curso pasado, y coordinado por el profesor del Departamento de Educación de la UCO, Ignacio González, pone de manifiesto que son las preferencias personales, el gusto en sí por la carrera, las que mayoritariamente determinan esta elección.

Y es que el estudio Motivación y actitudes del alumnado universitario al inicio de la carrera. ¿Varían al egresar? , publicado en diversas revistas científicas, deja ver que el 56,3 por ciento de los estudiantes encuestados eligió su carrera guiado por el Me gusta , mientras que en segundo lugar están aquellos que la seleccionaron por la profesión para la que capacita, un 17,1 por ciento, y solo un 9,6 por ciento, por las salidas profesionales que tiene.

González asegura que, una vez obtenidos, le sorprendieron los resultados, teniendo en cuenta el contexto económico en el que se realizó el estudio, ya que prácticamente eran iguales a los obtenidos en un trabajo similar que realizó hace más de una década, en 2002, pero en la Universidad de Salamanca.

El también vicedecano de Practicum y Cultura de la Facultad de Ciencias de la Educación explica que no se percibieron grandes diferencias entre sexos, aunque sí entre los alumnos de primero y los de último curso. En este caso, los más veteranos señalaban menos los gustos personales como motivo de elección de sus estudios, lo que muestra, a juicio de González, que el trabajo de los orientadores en los centros educativos está siendo más eficaz en los últimos años.

Aunque por ramas de conocimiento también la motivación principal para estudiar una carrera son los gustos personales, sí que existen diferencias en lo que mueve, en segundo lugar, a estos estudiantes a decantarse por una u otra titulación. Así, por ejemplo, el alumnado de ciencias de la salud se deja llevar sobre todo porque les gusta la profesión para la que le capacita la carrera, por el prestigio social y profesional que pueda darle ejercerla, añade González, quién destaca el carácter vocacional de estos estudios. Algo muy similar ocurriría en la rama jurídico-social, frente a las carreras técnicas en donde sí destacan las salidas laborales como segunda opción, o las carreras experimentales, en las que el segundo motivo que marca la selección es el no haber entrado en otra carrera que tenían como primera opción. Finalmente, en la rama humanística, el gusto por la carrera copa casi todas las respuestas, con un 83,8 por ciento de los encuestados.

La intención ahora de Ignacio González y su grupo de investigación es repetir este estudio -en el que también se evaluó el conocimiento de los estudiantes de sus derechos y deberes o la concepción que tienen de la Educación Superior- para el curso 2016-2017, una vez que los grados estén acreditados y que muchos de los alumnos encuestados hayan comenzado, con suerte, a trabajar.

La investigación global en la que se integra el estudio Construcción de un modelo de evaluación de la calidad de la enseñanza universitaria desde el punto de vista de los alumnos se realizó en el curso 2013-2014 con una muestra de 584 alumnos representativos de las cinco áreas de conocimiento universitario.