Hace una semana, monseñor Asenjo, administrador apostólico de la diócesis, se dirigió en una pastoral a sacerdotes, catequistas, profesores de Religión y padres cristianos para colaborar en la tarea de suscitar vocaciones "siendo mediadores entre Dios y los niños y jóvenes que reciben la llamada".

Hoy, día de San José, se conmemora el día del Seminario, que se celebrará en las parroquias el próximo domingo. Antonio Prieto, rector del seminario San Pelagio, coincide con lo que Asenjo considera en su pastoral "la crisis vocacional que asola a la vieja Europa", y asegura que el número de vocaciones en Córdoba se mantiene bajo, pero estable, en los últimos años.

En este Seminario cordobés se preparan para el sacerdocio 35 jóvenes y se producen unas cinco ordenaciones al año, "a pesar de que en el 2008 hubo once", aclara Prieto. Aquí, quienes oyeron la llamada pasan por una preparación de seis años, de los que hay dos de estudios filosóficos y cuatro teológicos en los que los seminaristas trabajan las Sagradas Escrituras, la Biblia y asignaturas sobre moral, derecho canónico y la pastoral en las seis aulas del Seminario.

El objetivo final es la ordenación con una formación "no sólo intelectual, sino también humana y de madurez afectiva, espiritual de hombres de Dios, comunitaria para contruir la fraternidad, y pastoral", según el rector.

En este seminario, casi todos los aspirantes al sacerdocio son cordobeses. "En otros sitios de España hay muchas menos vocaciones, quizá porque trabajamos la pastoral y porque hay sacerdotes jóvenes que contagian la vocación", según Prieto.

Jesús Daniel Alonso es uno de estos seminaristas. Tiene 44 años y escuchó la llamada del sacerdocio "un poco tarde". Había estudiado Historia, aprobado las oposiciones y vivido una vida con experiencias amorosas y profesionales como profesor, cuenta. "Pero a lo largo de mi vida había oído campanazos", dice. Un día descubrió la vocación al ver a un tío suyo sacerdote muy enfermo y "transmitiendo felicidad en el hospital, dando misa y consolando a los demás".

Cuatro años después, cuenta Alonso, decidió tomarse un retiro de tres días "y al segundo día me decidí. Desde entonces he vivido los seis años más felices de mi vida". Alonso será ordenado el próximo 9 de mayo "y estaré a lo que proponga el obispo, por el que hacemos voto de obediencia". Los seminaristas ordenados son sacerdotes diocesanos seculares. Es decir, salen para ser destinados a alguna parroquia de la Diócesis de Córdoba. Sin embargo, Prieto aclara que, si desean entrar en alguna orden eclesiástica (franciscanos, dominicos, jesuitas...) o hacerse misioneros, "pueden dialogarlo con el obispo".