Al parecer somos todos unos demagogos, desde los políticos hasta la prensa, pasando por los empresarios que hablan of the record porque si lo dicen en alto se la juegan (of the rocker , decía un anciano político, muy querido en Córdoba) y terminando por los sindicatos, que han dado un pasito atrás en esta polémica para no interferir en la campaña electoral. Puede que la polémica se deba a la exasperación de la campaña, pero tampoco está mal que la amenaza de las urnas ponga contra las cuerdas a los responsables de resolver un problema que existe desde hace tiempo, y para el que no se han adoptado aún medidas eficaces.

Está indignada la alcaldesa, Rosa Aguilar --así lo demostraron sus irritadas y algo imprudentes acusaciones del lunes a los empresarios que quieren suelo gratis para especular-- y está muy tocado el gobierno municipal, pues el anunciado traslado de Laboratorios Pérez Giménez a Almodóvar y las dudas de Miguel Rodríguez, presidente de Lotus-Festina, sobre su continuidad en la ciudad, han disparado un debate sobre la presunta fuga de empresas que el PSOE y el Partido Popular disfrutan abiertamente (y en pleno derecho, se podría añadir), acusando de ineficacia a Izquierda Unida. Al presidente de la Gerencia de Urbanismo, Andrés Ocaña, se le juntan, cuando no lleva un año de mandato, las licencias atrancadas (a ver si el nuevo gerente, Antonio Jiménez, consigue los brillantes resultados que alcanzó en Emacsa), los megaplanes a medio cocer de su predecesor, José Mellado, el PGOU que se debe empezar a desarrollar y el día a día de una ciudad que demanda agilidad burocrática.

La polémica en torno al suelo industrial ha caído en terreno abonado para la desmesura. Y las empresas están asustadas, pues temen caer ellas en este fuego cruzado. Varias empresas han puesto su futuro en manos de recalificaciones de suelo (Pérez Giménez, Covisa) que a ver en qué quedan. Se habla de Rabanales 21 como si fuera un polígono industrial más (ahí ha aclarado las cosas su presidente, Andrés Luque) y se comenta lo de Festina sin saber a ciencia cierta lo que quiere su propietario, al que ya se le ha ofrecido suelo en Tecnocórdoba (que consideró muy caro), y, de nuevo, en el Parque Joyero (del que se había marchado por los retrasos), que tampoco aceptó aunque el precio sí era bueno.

El Ayuntamiento informará mañana sobre la situación de los polígonos industriales cordobeses y el espacio que hay en ellos. Que lo hay. De lo que no sabemos si informará es de los precios... y ahí está la clave.