La cata ya está aquí. Ayer se cortó la cinta que abrió al público la edición más cómoda. Suelo asfaltado (los bodegueros lo destacaron como un logro), amplio entoldado y un gran televisor que permitió a los futboleros seguir el Madrid-Atlético sin salir del recinto. "Un partido así entra mejor con un vino en la mano", decía un parroquiano horas antes. Abierta de 13.00 a 17.00 y de 21.00 a 1.00 horas, merece la pena conocer novedades como el Bailío (Bodegas del Pino) o el verdejo de Pérez Barquero. Pero como dice el enólogo José Ignacio Santiago, "hay que venir varios días y probarlos todos poco a poco, siempre de menos a más". Joven, fino, amontillado... y acabar con el dulzor de un Pedro Ximénez. Ya saben.