El 28 de octubre de 1982 fui elegido diputado. A nadie se le escapa que hoy, 30 años después, la situación nacional e internacional es bien distinta. En estas líneas me gustaría compartir algunas preocupaciones que no me habían asaltado en vísperas de elecciones anteriores y que difícilmente serán resueltas por el nuevo Gobierno, sea cual sea. En el ámbito internacional, no puedo citar sino la crisis económica. En plano más cercano, es evidente que el viaje de las cajas empezó hace muchos años. ¿Se ha encontrado algún responsable?, ¿directivos, consejeros, Banco de España? Una entidad financiera no es un fruto que se pudra por el transcurso del tiempo. Parece necesario buscar a los gusanos que devoraron la manzana. ¿Buscará el nuevo Gobierno responsables de la crisis financiera? ¿Nos contentaremos con enterrar las cajas de ahorro?

Por otro lado, gusta a los políticos aludir a "crisis sistémica" y nuevos adjetivos que parecen querer deshumanizar la difícil situación que vivimos. La crisis es mundial, sin duda, pero afecta y se sufre en ámbito interno de cada una de las familias. Además, siempre duele ver la poca sensibilidad que mostramos con el tercer mundo, pero quizás hoy más que nunca. Es más fácil ser solidario cuando la hucha está llena, pero quizás ahora es más necesario que nunca. ¿Cuál será la futura política española con países subdesarrollados o en vías de desarrollo?

En el ámbito nacional, una gran preocupación, aunque parece que los protagonistas no quieran darse por aludidos, la encontramos en un profundo desencanto por nuestra clase política. Quizás, la gran diferencia entre los primeros parlamentarios de nuestra democracia y los que serán elegidos el próximo domingo, es que entre estos últimos habrá un gran número de políticos profesionales a los que no se les conoce profesión alguna distinta de una prematura militancia. En definitiva y volviendo a las próximas elecciones, me atrevo a afirmar que no habrá ningún ganador y es que lo menos malo, no es bueno. España no solo no se merece, sino que necesita algo mejor.