Por segundo año consecutivo, el covid-19 se ceba con los desfiles procesionales y, por consiguiente, con el emblemático acompañamiento de las bandas. Varias formaciones musicales de Córdoba han manifestado a este periódico cuál es ahora su situación.

La Banda de Música de la Esperanza vio paralizados sus ensayos después del intento de retomar su actividad una vez pasado el verano. Agradecen «profundamente» el apoyo prestado por el Ayuntamiento, que contó con la formación para un programa de conciertos al aire libre que se celebró el día de la Fuensanta. El original proyecto llevó a varias bandas a terrazas de edificios para que la música envolviera el ambiente y no congregara aglomeraciones. La banda afronta con anhelo la llegada de 2022, cuando se celebrará el 20 aniversario del conjunto musical y el 75 aniversario de la bendición de su titular, la Virgen de la Esperanza.

La Banda de Cornetas y Tambores de la Salud, sin embargo, no pudo reanudar sus ensayos. Su director, Ricardo Camarilla, ve muy difícil que puedan retomarse próximamente, ya que «más de un 30 por ciento de los 153 integrantes no son de Córdoba». La banda no posee ninguna fuente de ingreso, y con el remanente ahorrado han de seguir pagando el alquiler y mantenimiento de su local de ensayo. Camarilla pronostica lejos aún la actividad habitual de las bandas: «Yo trabajo en el hospital, y veo lo que hay… ahora no se da abasto».

Por su parte, la Banda de Cornetas y Tambores de la Coronación de Espinas también se encuentra con su actividad «en stand-by», como afirma su director, Javier Palos. Esta formación se encuentra gestando ideas para la conmemoración de su XXV aniversario, que comenzará en el próximo mes de junio y para cuya celebración barajan distintos escenarios en función de la evolución de la pandemia. Espera que la Semana Santa de 2022 se pueda celebrar con normalidad, y muestra esperanza en que alguna salida antes de la fecha señalada pueda realizarse: «Sería un síntoma de una buena situación global».

La Banda de Cornetas y Tambores Caído-Fuensanta sí que reinició sus ensayos en otoño, y los mantuvo hasta final de octubre con todas las medidas pertinentes. Ante las duras circunstancias que atraviesan bandas y cofradías, el responsable de comunicación de Caído-Fuensanta, José Camacho, aboga por «el diálogo buscando el bienestar de ambos». Acentúa que «esto es algo pasajero, y por ello debemos intentar capotearlo como herederos de nuestra Semana Santa». Dada la situación de las hermandades, a las que agradecen su apoyo en el pasado 2020, pide que las autoridades locales tomen conciencia de la situación y ayuden a paliar el problema que se presenta en 2021, ya que la solvencia de las hermandades queda al límite.

La nueva Unión de Bandas

Con el propósito de tener una representación única ante los organismos oficiales, así como fomentar las relaciones entre bandas y poner en valor la música procesional, en octubre de 2020 se fundó la Unión de Bandas de Córdoba. Su presidente, Sebastián Giraldo, alaba la apuesta del Ayuntamiento por la música cofrade: «Desde el primer día, la concejala de Cultura, Marián Aguilar, nos reunió y se ha estado interesando por nuestro trabajo y nuestras demandas, y se está dando forma a un convenio que se incluirá en la propuesta de presupuestos del Consistorio». También son buenas las palabras de Giraldo hacia la Agrupación de Cofradías, que ha ofrecido a la Unión de Bandas las actuaciones en los próximos eventos programados --Concierto Extraordinario de Cuaresma, Pregón de Semana Santa y Pregón de las Glorias--.

Giraldo insiste en que lo más importante entre las bandas y hermandades es la comunicación y el entendimiento, «máxime en una etapa tan dura como la que atravesamos». Recalca que las bandas necesitan apoyo económico para seguir pagando facturas y toda la inversión realizada para la Semana Santa de 2020. Afirma que las hermandades tampoco pasan buenos momentos, y exalta la gran acción social que desempeñan.