El Museo Íbero de Jaén acoge desde el pasado 19 de diciembre y hasta el 30 de marzo la exposición Entre Iberia e Hispania: El Palacio Ibérico del Cerro de la Merced, una muestra que está compuesta por los hallazgos arqueológicos realizados en el municipio de Cabra. La exposición recoge una serie de objetos fruto de la excavación realizada en el Cerro de la Merced.

La delegada de la Junta en Jaén, Maribel Lozano, acompañada por el alcalde de Cabra, Fernando Priego, y los delegados territoriales de Cultura y Patrimonio de Jaén y Córdoba, Jesús Estrella y Cristina Casanueva, inauguraron la exposición, con la que se pretende dotar de contenido al Museo Íbero, que ha cumplido este mes dos años.

Lozano ha indicado que el patrimonio juega «un importante papel» en el desarrollo sostenible, el desarrollo económico, el empleo, el conocimiento y la cohesión social, demostrando que la inversión en patrimonio tiene una repercusión directa en otros sectores. «Nuestro pasado y las huellas que nos ha dejado son un estímulo para seguir impulsando cuanto nos une y darlo a conocer como una pieza fundamental para entender el mundo en que vivimos», afirmó la delegada del Gobierno de la Junta en Jaén.

El Ayuntamiento de Cabra, propietario de los terrenos donde se encuentra el yacimiento, firmó en el año 2012 un convenio con la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid con una vigencia de cinco años, por el que el Grupo de Investigación UAM-de la citada universidad, que dirige y coordina el profesor Fernando Quesada Sanz, se comprometió a llevar a cabo la excavación del Cerro de la Merced y el diseño y supervisión de su puesta en valor. Dentro del marco de este convenio, durante el 2012 se realizó la primera fase de la excavación de esta fortificación de Época Ibérica. Se trata de una labor de investigación que se ha prolongado hasta la actualidad gracias al apoyo del Ayuntamiento de Cabra. En abril del 2017 se renovó por otros cuatro años este convenio.

El Cerro de la Merced es un complejo monumental ibérico, edificado y sucesivamente modificado entre los siglos IV-III a.C. se puede considerar como un «complejo aristocrático».