En enero del 2018, los representantes de Ecologistas en Acción en el Consejo Provincial de Medio Ambiente y Biodiversidad dieron la voz de alarma. En la recolección nocturna de aceituna en los olivares de seto superintensivos también se estaban recolectando aves insectívoras. Los cuerpos de estas aves se encontraban en las cubas y cintas transportadoras del sistema de limpieza de la aceituna. Algunos trabajadores concienciados transmitieron el caso e hicieron fotografías.

Los hechos fueron trasladados a la Delegación de Agricultura y la Dirección General de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente para que se adoptaran soluciones legislativas a este problema. En un informe realizado al efecto y que se hizo público durante un corto periodo de tiempo se reconocía que se podía afectar a 2.600.000 aves.

Durante el otoño e invierno, las poblaciones nórdicas de numerosas especies de pájaros insectívoras utilizan entre otros ecosistemas los olivares tradicionales como sistemas de paso más hacia el sur o como lugares de invernada. Antes de la extensión de los insecticidas estos olivares eran muy ricos en este tipo de aves, de ahí la costumbre de los pueblos olivareros de colocar costillas o trampas para capturarlos y ser consumidos como pajaritos fritos o con arroz. Esta práctica está al menos prohibida desde la Ley de Caza de 1986, que los protegía por sus beneficios a la agricultura y silvicultura. Posteriores normativas mantuvieron la prohibición, pero poco se hizo para erradicar esta práctica. Solo algunos comandantes de puesto de la Guardia Civil mantenían viva esa prohibición con su actuación.

Con el paso de las competencias en materia de conservación de la naturaleza en el año 1984 a la Junta de Andalucía y la creación de la Agencia de Medio Ambiente en 1985, en unos años se consiguió rebajar esta práctica de manera ostensible. Desaparecieron los carteles en los bares que ofrecían pajaritos fritos como tapas, aunque aún es común ver coger con las primeras lluvias de otoño las alúas (hormigas aladas) con las que cebar las costillas y encontrar activas este tipo de trampas en las zonas de contacto del monte con los cultivos.

Aves muertas recogidas junto a la aceituna. R. A.

Parecía que la batalla estaba encauzada y era cuestión de tiempo para que esta práctica fuera un recuerdo. En ese momento aparece este nuevo fenómeno que muchas personas no han llegado a entender. Los sistemas continuos de olivares superintensivos se asemejan a las estructuras arbustivas del monte mediterráneo y además con una especie que reconocen las aves insectívoras como lugares para cazar insectos y un lugar idóneo para dormir.

Con la recolección nocturna con maquinaria se utilizan focos potentes que deslumbran a las aves, quedan cegadas, no tienen capacidad para huir y son recolectadas junto a las aceitunas. El mismo sistema de recolección las mata. Entre las especies detectadas se encuentran currucas, zorzales, petirrojo, mosquiteros, verderón, jilguero, pardillo y lavanderas, la mayoría de ellas protegidas.

La legislación prohíbe dar muerte, capturar en vivo, dañar, perseguir, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres sea cual fuere el método empleado, en particular durante el periodo de reproducción, crianza, hibernación y migración, recolectar sus larvas o crías, alterar o destruir sus hábitat, así como sus lugares de reproducción y descanso. Una vez conocido el problema no se puede alegar desconocimiento y, por tanto, es de aplicación de lleno este precepto.

Mediante resolución de 8 de octubre del 2019 se suspendió por primera vez la recolección nocturna en olivares superintensivos y se diseñó un estudio denominado Impacto de la recolección mecanizada nocturna del olivar en seto sobre la avifauna, financiado con fondos Feder y coordinado por el Ifapa y la participación de Amaya y Agapa. Los resultados no se han hecho públicos pero algunos datos se han adelantado en las resoluciones posteriores de mantenimiento de la prohibición que incluye esta última temporada 2021/22. Por muchos estudios que se sigan realizando, la realidad es clara y meridiana: la recolección nocturna es incompatible.

Detrás de esta prohibición está la Unión Europea, que obligaba al Estado español a cumplir la Directiva de Aves so pena de instruir un expediente contra el Reino de España. Hay que recordar que la mayoría de estas aves proceden de Francia, Bélgica, Alemania u Holanda. Se estaba dando un golpe mortal a la biodiversidad europea.