El Lunes Santo vuelve a ser un día muy especial para toda la familia que componemos nuestra querida hermandad. Este año no dejó de ser un periodo muy especial para todos debido a la celebración del XXV Aniversario de la bendición de Nuestro Padre Jesús de la Redención. Un momento imborrable fue sin duda el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías, habiendo podido contemplar al Redentor de todos los Cordobeses en la Catedral.

Como éste, muchos más recuerdos tendremos siempre presentes. Y ayer fue un día que no olvidaremos los que tuvimos la suerte de participar en la estación de penitencia, los que tuvimos el honor de acompañar a nuestro Padre Jesús de la Redención y a Nuestra Señora de la Estrella ante Jesús Sacramentado en la Santa Iglesia Catedral, símbolo de la fe cristiana, a la que tantos hoy día intentan destruir, aunque estoy convencido que no lo van a conseguir ni se lo vamos a permitir.

Vivamos un día de alegría y recogimiento siendo consecuentes con lo que este momento histórico representó para nuestra Corporación y nuestra ciudad. Un antes y un después en la historia corta pero intensa de la misma. Mis mejores deseos para el pueblo cofrade cordobés y los que nos visitan, pidiendo a nuestros sagrados titulares que nos fortalezcan e iluminen cada día y nos encaucen siempre en el camino de ayuda hacia los más necesitados. Vivamos la fe.