El diestro Manuel Escribano cortó dos orejas antes de resultar gravemente herido en el triángulo de Scarpa, hoy en Alicante, una tarde en la que Paco Ureña rayó a grandísimo nivel y logró una oreja de peso, mientras que el local Francisco José Palazón se dejó un toro vivo. Escribano conectó pronto con la gente, especialmente en un variado y aseado tercio de banderillas. El toro, justo de fuerzas y de viaje cortito, le costaba pasar en la muleta. El mérito del sevillano fue aguantarle frenadas, consentirle y exponer para acabar robándole muletazos de buena factura sobre todo por el izquierdo.

A Francisco José Palazón se le notó lo poco que torea para poder aprovechar a su encastado y exigente primero, con el que mostró muchas ganas en una faena honrada pero a la que le faltó más confianza, sitio y, sobre todo, pulso para imponerse.

Paco Ureña tuvo el bonito detalle de brindarle su primera faena a Palazón, totalmente abatido por haberse dejado vivo el toro anterior. H