Firmó y atacó. Angel Di María se convirtió ayer en jugador del Manchester United para las cinco próximas temporadas y al mismo tiempo que el club inglés hacía oficial la operación a cambio de 59,7 millones de libras --cerca de 75 millones de euros-- para el Madrid, el jugador argentino pasaba factura a los responsables de su marcha de la entidad blanca. Sin dar nombres, apuntó directamente al presidente, Florentino Pérez, de haberle abierto la puerta sin posibilidad de dar marcha atrás. Se trata de la compra más cara en la historia de la Premier League y también del traspaso más rentable del Madrid. "Lamentablemente hoy me toca irme, pero quiero dejar claro que ese nunca fue mi deseo. Como cualquier persona que trabaja, siempre he querido progresar. Después de ganar la Décima, me fui al Mundial con la esperanza de recibir un gesto de la directiva, algo que nunca llegó. Se hablaron muchas cosas y muchas mentiras. Siempre quisieron atribuirme la iniciativa de salir del club, pero no fue así. Lamentablemente, no soy del gusto futbolístico de alguna persona", dice Di María en una carta abierta a los aficionados blancos publicada en marca.es casi de forma simultánea a la comunicación del United.

"Yo lo único que pedí es algo que fuera justo. Hay muchas cosas que yo valoro y muchas de ellas nada tienen que ver con mi salario. Espero encontrarlas en el Manchester United, uno de los clubs más grandes del mundo con el que ojalá pueda hacer historia", añade el futbolista argentino, que en sus primeras palabras en la web del equipo inglés admitió haber disfrutado de su etapa como jugador blanco. "Había muchos clubs interesados en mí, pero solo podía dejar el Madrid por el United", afirmó.

Sus quejas por el trato recibido en la entidad blanca apuntan de forma inequívoca a su presidente, por anteponer el negocio por encima de las necesidades del equipo. Desde la propia directiva se ha estado filtrando que Di María no aceptó en su día la oferta de renovación al alza de cinco millones por temporada porque primero ya tenía un acuerdo de ocho millones anuales con el Paris SG y después con el United, que se ha visto apretado por su mal inicio de temporada a las órdenes de Van Gaal.