El dinero era el último obstáculo para que los 52.000 enfermos incluidos en el plan estratégico de la hepatitis C reciban los tratamientos innovadores, y el Gobierno lo sorteó con una fórmula que dejó insatisfechas a la autonomías pero que garantizará la llegada efectiva de los fármacos a los pacientes. El Ministerio de Hacienda abonará las facturas y las CC.AA. le devolverán el importe en un plazo de diez años a un interés mínimo, de entre el 0% y el 1,2%. La falta de liquidez ya no podrá ser una excusa para vetar tratamientos.

La fórmula fue presentada ayer a los consejeros autonómicos por el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, que solo vio ventajas en la misma. "Dispondrán de un plazo muy amplio de diez años a un interés muy ventajoso", destacó. Técnicamente se trata de préstamos incluidos en el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para las comunidades incumplidoras del techo de déficit y del fondo de Facilidad Financiera. La única diferencia entre ambas es que las primeras disfrutaran del 0% de interés el primer año, mientras que las segundas lo harán durante dos años más.

Los especialistas no dudan de que surgirá el dinero para financiar las terapias curativas de la hepatitis C. En gran medida, porque la industria farmacéutica ha rebajado sustancialmente sus pretensiones económicas.