El erotismo no es algo exclusivo de los humanos actuales, los primeros Homo sapiens que llegaron a Europa hace unos 40.000 años tenían ya una compleja conducta sexual de la que dejaron constancia en unos pocos grabados y pinturas rupestres, convirtiéndolos en el primer Kamasutra de la humanidad.

El doctor en Prehistoria de la Universidad del País Vasco Marcos García Díez y su compañero Javier Angulo son unos de los pocos arqueólogos que han estudiado estas manifestaciones artísticas de patente carácter erótico que demuestran que ya en el Paleolítico superior (38.000-9.000 A.C.) el sexo dejó de ser un comportamiento biológico ligado sólo a la reproducción y se integró como un elemento cultural más.

Para Marcos García, coautor con Angulo de Sexo en piedra , esta temprana separación de lo sensual y lo meramente reproductivo se debe a que "el apetito sexual condiciona a los humanos como especie" y lo hace tan intensamente que nos ha llevado a plasmarlo desde la Prehistoria.

García recordó las relativamente numerosas imágenes femeninas "sexuadas" datadas en esta época como las conocidas Venus, de rotundas y generosas formas, con las que los primitivos pretendieron "dejar constancia del papel generador de vida de las mujeres", o las representaciones de figuras masculinas en las que el falo erecto es la característica más visible de la virilidad.

Imágenes un tanto abstractas que simbolizan vulvas y penes por medio de puntos y líneas son otras expresiones artísticas con las que los hombres documentaron su actividad sexual, aunque también lo hicieron de una forma totalmente realista en unas cavernas, desde Siberia hasta la península Ibérica.

CUEVAS ´CALIDAS´ Javier Angulo aclaró que, aunque las imágenes de contenido sexual son muy escasas, en España existen algunos buenos ejemplos en la cueva de Los Casares (Guadalajara), donde puede verse una escena de coito, y en las grutas cántabras de Chufín y El Castillo, que cuentan con sendos grabados con formas fálicas.

En otros yacimientos, sobre todo de Francia y Portugal, se han descubierto imágenes de cópulas, abrazos, besos, algún trío, sexo oral, un supuesto caso de bestialismo y hasta masturbaciones, todas ellas con un profundo carácter simbólico y erótico que "nos hablan de la forma en que estas personas entendían su propia sensualidad".