El Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora Reina de los Mártires procesionan de noche y no necesitan de alardes de luces, pero eso es una cosa y otra el cielo totalmente cerrado de lluvia que ha tienido que soportar los tres años anteriores. Por fin, la madrugada de ayer salieron las estrellas y bajo ese techo la Señora de San Hipólito pudo pasear. Su paso de palio lució rosas color champán y un magnífico encaje de oro, mientras que el paso del Santísimo Cristo de la buena Muerte estuvo adornado con el austero y serio clavel rojo.

Por otra parte, y ya es toda una tradición, el cortejo de madrugada volvió a hacer la carrera oficial en sentido inverso.