Para la hermandad del Santo Sepulcro, la primera en apostar por ir la Catedral, cerrar (con permiso hoy del Resucitado) esta especial Semana Santa tuvo un espíritu muy especial. Suponía culminar no solo una Semana Santa en el que el tiempo había permitido procesionar a todas las cofradías. También poner broche de oro a una nueva carrera oficial en el entorno del primer templo de la diócesis. Una última chicotá de días, meses y años de anhelos, sueños y trabajo del mundo cofrade cordobés. Hasta tal punto que, si vale la anécdota, el Santo Sepulcro no solo hizo la carrera oficial, sino que hasta recorrió carrera oficial y media. Y es que la hermandad ha pasado a ser una de las pocas de esta nueva Semana Santa que, al cerrar la jornada, puede volver a su templo por Torrijos, ya sin palcos ni sillas, para cruzar la Judería camino de su templo. Espléndida Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad dejando un rastro de aromas de azahar desde sus jarras, y acompañada por la Agrupación Coral Polifóniza Cantábile.