Fuente Palmera entra hoy en la recta final de su Feria de la Boda, un evento en el que se implican con entusiasmo las instituciones, empresas y ciudadanos de este municipio de poco más de 11.000 habitantes que ya se conoce como "el pueblo de las novias". Es la octava edición de un certamen nacido de una realidad que se ha convertido en la marca de la Colonia, cuya misión es darle impulso, desarrollo y profesionalización. Fuente Palmera de Boda es estos días escaparate de una industria que vende casi 70.000 vestidos de fiesta y 7.000 de novia y que genera unos 20 millones de euros anuales, según los empresarios, en el conjunto de productos y servicios relacionados con estos eventos. Su buque insignia, la firma Higar Novias, exporta a 22 países de Europa, Asia y Oriente Medio.

El apoyo institucional a la creciente especialización de Fuente Palmera está justificado, y hay que congratularse de iniciativas como la puesta en marcha del Ciclo Formativo de Confección y Moda, que aportará cualificación y nuevas ideas a las firmas del sector. El objetivo debe ser fortalecer las empresas, trabajar la innovación y el diseño, avanzar en la creación de empleo de calidad y lanzarse sin miedo --no en vano son colonos-- a la conquista de nuevos mercados.