La bondad o no de la peatonalización de los cascos históricos, del centro de las ciudades y de las zonas comerciales de los barrios es un debate superado. Nadie en su sano juicio se atreve a defender más tráfico, más polución, más ruido, más accidentes, menos espacios para los ciudadanos, menos espacios para los niños y menos lugares de paseo y recreo. Nadie, salvo aquellos que defienden intereses particularísimos y que olvidan el bien común y la salud de nuestras ciudades.

Gracias a una intensa labor didáctica y a que la realidad es incuestionable, no cabe plantearse el debate peatonalización sí o peatonalización no. El debate es otro ya: peatonalización, ¿cuándo y cómo?. El planteamiento que está sobre la mesa de nuestros dirigentes políticos en Córdoba, y en cualquier gran ciudad, es cuándo van a acometer la peatonalización de las zonas que por su propia naturaleza lo demandan.

Peatonalizar significa cuidar el medio ambiente eliminando contaminación y suciedad, rebajando los niveles de ruido, permitiendo una movilidad mucho más sostenible con el uso del trasporte público, la bicicleta y el mejor transporte que existe para nuestra salud, caminar. Pero también tiene un impacto social determinante: los centros y los barrios se vuelven más amables, los ciudadanos recuperan espacios arrebatados por los coches, se crean nuevos espacios de ocio y recreo y zonas verdes, infantiles y para mayores.

Y por último, peatonalizar también significa desarrollo y un impacto económico positivo. Como ejemplo paradigmático tenemos la calle Cruz Conde. Después de la estéril polémica que se generó en torno a su peatonalización, ¿quién se acuerda de cuando circulaban coches?, ¿quién volvería a abrirla al tráfico? Nadie. Cruz Conde, igual que el bulevar de Gran Capitán, Gondomar, etc., son ya patrimonio de los ciudadanos, no de sus vehículos. La vida ha florecido en estas calles, los comercios vuelven a brillar, el turismo disfruta de un nuevo aliciente y todo ello supone creación de empleo.

Córdoba necesita acelerar el proceso de peatonalización del asco histórico, del centro de la ciudad y empezar el de las zonas comerciales de los barrios. Para abordar este proceso sin cometer errores del pasado las verdaderas preguntas que nos tenemos que hacer los actores implicados son: cuánto vamos a tardar en hacer caso al sentido común y cómo de bien lo vamos a hacer para que nadie se sienta agraviado y sí satisfecho de tener una ciudad cada vez más saludable y habitable.

* Vicepresidente de la Federacion Provincial Comercio Córdoba