La expresión «las mujeres/hombres son así» denota suma ignorancia por parte de quien la suelta si la persona que lo hace no es del sexo aludido. Porque una mujer no tiene ni puñetera idea de lo que significa ser hombre, y viceversa. Solo un (o una) hermafrodita cerebral podría ofrecer una opinión objetiva, desde dentro, sobre temas tan delicados y personales como impotencia, aborto, frustración o deseo. De modo que decir que Fulanito es así o solo piensa en tal o trata asao a Menganita carece de sustento y no lleva a conclusión real posible si lo afirma una mujer, que no sabrá lo que significa vivir con ella siendo hombre, así como ningún hombre podrá imaginar lo que Menganita siente, siendo mujer. Y no digamos si el tal o la cual son alcohólicos o siguen tratamiento, o cargan con cicatrices de un oscuro pasado. Y no hablemos de la mala y consciente voluntad o la extrema beatitud que el opinador proyecta en Fulanito o Menganita. Nadie-sabe-nada. ¿Qué hacemos entonces con toda esa bazofia histórica de alcoba, café, parlamento? ¿Quién y en qué estado la redactó? ¿En base a qué declaraciones? Quién sabe cuántos inocentes dormirán hoy entre rejas.

Cuando alguien escriba o diga todo lo que se calla, todo lo que se detesta, todo lo que se haría o no por amor, dinero, poder, fama, odio, todo lo que se imagina, supone, reprime, y lo haga desde su entrepierna, sin tapujos igualitarios, ese alguien será inmediatamente crucificado, precisamente por aquellos o aquellas que menos entienden. Hay muchas Jesucristas y Poncias Pilates, y la exégesis de una santa sería muy distinta con unas gotas de testosterona. Al hombre perdido, a la mujer angustiada, solo les queda ir a lo suyo y echarle ovarios. Y si, por casualidad, como siempre, aparece en su camino una voz asexual, sincera, clara, la toman por farsante, se aburren, y la mandan a paseo, en forma de una más oportunidad perdida. Interpretadlo como os dé la gana, venga.

* Escritor