A raíz de conocer la decisión tomada por el Pleno de nuestro Ayuntamiento, referente a una drástica reducción del sueldo de los gerentes de las empresas públicas cordobesas, quisiera poner de relieve la incoherencia que supone olvidar que por mas público que sea el capital social de dichas empresas, lo sustancial es que son empresas y que, por tanto, se habrán de regir por las reglas que afectan a este tipo de organizaciones.

Como empresaria cordobesa y "accionista", por tanto, de dichas empresas, considero que es insipiente, rayando en lo absurdo, asimilar los sueldos de cargos políticos -- aunque no estoy de acuerdo con la tendencia política actual del bajo coste per se , ya que lo que debe primar es la eficiencia del cargo público-- que se corresponden con un servicio a la ciudadanía, por un período de tiempo limitado y al que no se le puede exigir una profesionalidad específica, con los sueldos de los altos responsables de la gestión de empresas públicas, a los que sí se les tiene que exigir una profesionalidad específica que deben acreditar a lo largo de toda su carrera profesional, a la par que unos buenos resultados económicos.

Hemos de recapacitar antes de implementar dicha medida ya que, a corto plazo, provocará la paradoja --de difícil encaje en un entorno empresarial en el que el salario está necesariamente vinculado a la responsabilidad profesional, social e incluso penal de cada puesto de trabajo-- de que muchos gerentes cobrarán un salario considerablemente menor que bastantes empleados de sus mismas empresas: situación contrafactual e inicua en toda empresa, independientemente de que sea pública o privada.

En el mundo empresarial, los emolumentos de un gerente no se deciden en función de su costo, solamente; sino que se tienen en cuenta los resultados constatados en su trayectoria profesional, el nivel de cumplimiento del Objeto Social concreto, sus capacidades de gestión estratégica de forma sinérgica con una eficaz gestión operativa cotidiana, entre otras muchas cosas. Se trata de relacionar su costo con la creación de valor que es capaz de aportar a una empresa, en particular y a la sociedad, en general.

La política de retribuir a los gerentes de las empresas públicas cordobesas por debajo de lo que están cobrando otros empleados del sector público local con menor nivel de responsabilidad, acabará provocando que la gestión pública en Córdoba, en su mayoría, no esté desempeñada por profesionales con un alto grado de cualificación y experiencia. Si, además, tenemos en cuenta que en los procesos de selección de directivos públicos, no suele haber una concurrencia en la que se primen los principios de mérito y capacidad, el resultado más que probable será un sector público local mal gestionado que, a medio plazo, repercutirá negativamente en la ciudadanía cordobesa. Por ello, como ciudadana cordobesa y, por ende, "accionista de todas esas empresas", ruego que se reflexione sobre los efectos a corto, medio y largo plazo de la medida tomada, por si aún estamos a tiempo de evitar dicho dislate; no olvidando nunca que rectificar es de sabios.

* Directora de la Agencia de

Certificaciones Medioambientales, SL