El veterano dirigente y militante Nicolás Redondo Terreros, que con su actitud muestra creer en el significado que encierran las viejas siglas del partido socialista, ha dicho, según se publica, en referencia a la cuestión del separatismo catalán, que en ningún país de nuestro entorno sería posible presentar el reto que las instituciones catalanas plantean al Estado español. Ni en Francia ni en Alemania, ni siquiera en la desordenada Italia sería imaginable una acción semejante como la urdida por la clase dominante catalana. Y tampoco sería previsible que se manifestara en esos países el desapego que muestran el resto de los españoles ante asunto de tamaña envergadura. Pero la reacción indiferente no era imprevisible, por no ser una novedad; ya Américo Castro escribía a su maestro Menéndez Pidal lo siguiente: "No hay en España otra problemática más grave que la de su unidad, precisamente por la gran cantidad de españoles a quienes importa muy poco".

¿Hasta cuándo pues la manida y sesgada tesis de los derechos históricos y otros materiales de similar enjundia, alimentados de otrora como hoy por la adepta burguesía catalana, principalmente la industrial y la financiera de gran calado, que aparentan estar viéndolas venir, aun a riesgo de poner en un brete no menor sus pingues beneficios, aunque tal vez guardando un as en la manga; y a la que se adjuntan las reivindicaciones similares de la Comunidad vasca, Canarias e incluso Navarra, privilegios forales añadidos, intentando con tales maniobras sacar tajada de la Constitución?

* Doctor ingeniero agrónomo.

Licenciado en Derecho