Hoy jueves 25 se conocerá la Encuesta de Población Activa correspondiente al cuarto trimestre de 2017. El lunes 29, el dato avanzado del PIB del mismo período. En ambos casos, las expectativas son buenas, se mantendría la tendencia dinámica de la economía española, certificando así -y a pesar del impacto de la intentona independentista- otro año en la parte alta del ciclo.

Y, sin embargo, el martes pasado, las imágenes de una cola kilométrica en plena plaza de España de Madrid causaban, cuando menos, sorpresa, aunque, se admiten otros calificativos.

La cola estaba formada por miles de personas que optaban a uno de los 100 puestos de trabajo necesarios para la apertura de un hotel de lujo, el VP Plaza España Design 5*. Empleos de baja cualificación y, presuntamente, bajos salarios: personal para cocina y restauración, limpieza, recepcionistas, botones y maleteros. Los requisitos, educación secundaria obligatoria y alto nivel de inglés. Si la ironía tuviera cabida hablaríamos de oxímoron.

Muchos de los economistas académicos recuerdan constantemente que no se ha cambiado «el modelo productivo» en España. Acusan a la política como diana de todos los males y predicen sobre acontecimientos pasados tirando de manual clásico.

No seré yo quien les quite la razón sobre el «modelo», pero mejor hablar de «patrón de crecimiento», porque, para cambiar de «modelo», es necesario un cambio estructural más profundo que el que se aloja en los programas electorales por mucho que pretendan incluir diferencias abismales entre ellos.

Si se trata de cambiar de «modelo», habría que buscar pactos de estado para hacerlo posible de acuerdo a los condicionantes -somos parte de la UE- y sin populismos. El mejor ejemplo es el de las pensiones, cuestión cada día más inexcusable.

Pero eso implicaría tener otras actitudes y romper las inercias que consideran «normal» que se hayan entregado en un día más de 7.000 curriculos para 100 puestos de trabajo en un hotel. En la parte alta del ciclo económico.

* Periodista