El Córdoba B regresa a Tercera División dos años después tras caer ante el Mérida por 1-2 en un partido lleno de polémica celebrado en el estadio Ciudad de Lucena. Con un 1-1 en el marcador, el árbitro descontó seis minutos. Paco Aguza igualó el tanto inicial del cordobesista Quiles en el 93’. Acto seguido, el propio Quiles marcó el 2-1 tras un rechace de Felipe Ramos, pero el juez de línea anuló el tanto a pesar de que el árbitro lo dio por válido. Tras consultar el colegiado con su asistente, el tanto parecía que iba a subir al marcador pero el juez de línea volvió a anularlo. La tensión explotó y pasó a tangana entre jugadores y técnicos de ambos equipos con el colegiado y su asistente de por medio. Cuando se solventó esta tensa situación, el portero del filial blanquiverde Lavín fue expulsado al ver su segunda amarilla por una entrada fuera del área a Germán. Entonces, Esteve Monterde tuvo que ponerse de portero en la falta que botaría Kike Pina y que se convertiría en el 1-2 definitivo.

Al consumarse el descenso del filial cordobesista a la Tercera División, la tensión continuó en la zona de los banquillos con una nueva pelea multitudinaria en la que el cuerpo arbitral tuvo que ser escoltado tanto por la Policía Nacional como por la seguridad privada del estadio hacia el túnel de vestuarios.

Fue un partido con muchas alternativas por parte de ambos conjuntos, pero que se decidió en el tiempo de descuento. Quiles puso por delante el filial cordobesista con un gran disparo lejano que entró en la escuadra en el 39’. Supuso un alivio para el conjunto de José María García después de que Marcos Lavín evitase en varias ocasiones el primer tanto emeritense. Pero al descanso se llegó con un 1-0 que le daba al cuadro cordobesista la permanencia. La alta tensión fue la tónica dominante del partido dado que ambos equipos se jugaban la salvación. Y se elevó a su máxima potencia en la segunda parte. El conjunto extremeño dio un paso al frente porque necesitaba un gol rápido. Al final obtuvo una remontada que le permite jugar el play-out por la salvación.