Desde el año 1996, la Cátedra Leonor de Guzmán -surgida tras un convenio entre la Diputación provincial y la Universidad de Córdoba- viene apostando por la igualdad de sexos con un amplio abanico de actividades docentes e investigadoras en las que se pone de manifiesto la importancia de los estudios de género. Dirigida por la profesora María Vicenta Pérez Ferrando, la cátedra colabora de forma estrecha con los institutos andaluz y madrileño de la Mujer en la realización de seminarios y conferencias destinadas a la formación del profesorado, y también forman parte del Consejo Municipal de la Mujer. A lo largo de estos días se están produciendo conversaciones destinadas a la fusión de la Leonor de Guzmán con la Cátedra de Estudios sobre Género, algo que puede llegar a buen puerto debido al interés mostrado por ambas partes. "Este es un asunto en el que hemos trabajado desde principios de año, y existe mucha ilusión en todos los sectores universitarios. La fusión supondría que se duplicase el potencial humano y de recursos, y además una profundización en los estudios de género", explica la directora.

¿Cuál es la oferta que se hace desde la cátedra?- Tenemos varias actividades, como una que llevamos organizando desde 1996, una asignatura de libre configuración que versa sobre estudios de género, desde el lenguaje, un elemento de ocultación de la mujer, hasta la presencia femenina en la historia, la perspectiva científica, con las aportaciones de la mujer en la ciencia o la tecnología, una vertiente a la que hay que incorporarse si no queremos estar desfasadas. También existe una perspectiva dedicada al desarrollo sostenible, tanto rural como local y humano. Pero en la cátedra también tenemos un curso de extensión universitaria en el que, aprovechando los ámbitos anteriores, intentamos abrirnos a la ciudadanía. Además existe una línea de investigación en la que se beca a alumnos para que trabajen en la prevención de malos tratos, y actualmente tenemos una alumna que posee una beca de tercer ciclo -en colaboración con el Instituto de la Mujer de la Universidad de Granada- para formar a profesoras de Universidad.

Y, además, el Premio Leonor de Guzmán.- Sí, un galardón que va ya por la VII edición y que cada vez premia uno de los ámbitos que se estudian en la cátedra. Este premio está dotado con 300 euros y la publicación de la obra, un aspecto que nos posibilita tener nuestras propias bibliografía y biblioteca.

- En ámbitos como lenguaje e historia, ¿hay elementos que fomenten la desigualdad?- Es importante tener en cuenta que existe una ausencia de la mujer en el lenguaje, y lo que no se nombra no existe. El genérico masculino es el gran ocultador de la mujer, y hay que nombrarla. Debemos reivindicar palabras que sean nuestras. La perspectiva histórica es igual: hay que estudiar la historia desde la vertiente femenina.

¿Acuden muchos alumnos a la actividades de la cátedra?- La realidad es que la mayoría de las matrículas son de mujeres, procedentes sobre todo de Ciencias de la Educación, Derecho, Medicina o Filología. Precisamente ahora estamos viendo cómo estudios como Agrónomos o Química están abandonando su sesgo masculino predominante, algo que ocurre también en el profesorado. Las profesoras de las cátedras queremos que este cambio cuantitativo sea también cualitativo, es decir, que implique un cambio de mentalidad. Trabajamos por que desaparezcan las discriminaciones y por que los estudios de género sean realmente relevantes. La presencia de la mujer en los ámbitos de poder debe ser mucho mayor.

¿Qué proyectos tiene la Cátedra Leonor de Guzmán?- Queremos hacer unas jornadas sobre masculinidad para que los hombres se incorporen de forma urgente a esta lucha. Ya este año hemos realizado un seminario sobre educación sentimental con gran éxito. Me encantaría que dentro de unos años no hiciera falta el feminismo y que la incorporación de la mujer al empleo fuese algo absolutamente consumado.