China anunciará mañana la lista de miembros fundadores del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), a la que aspiran países como España, Brasil, Alemania, Francia o Reino Unido, deseosos de ser socios de Pekín en sus ambiciosos planes de mejora de las telecomunicaciones de Asia.

Un total de 47 países serán probablemente nombrados fundadores de un banco que ya se vende como la gran alternativa y amenaza china a instituciones más señeras como el Banco Mundial (BM) o el Banco Asiático de Desarrollo, dominadas por naciones desarrolladas.

China, iniciador del proyecto con su inversión inicial de 50.000 millones de dólares para obras de transporte y comunicaciones en Asia central y del sur, espera con sus socios doblar ese capital cuando el AIIB eche a andar oficialmente, a finales de año.

Numerosos países, especialmente europeos y asiáticos, se sumaron a esta iniciativa antes del pasado 31 de marzo, fecha límite para figurar como socio fundador del banco, lo que otorgará a los países mayor poder para decidir el funcionamiento y gobierno de la institución.

Tras ello, el Ministerio de Finanzas chino ha ido adelantando en las últimas dos semanas qué países son seguros aspirantes a entrar en el selecto club, y entre los nombrados figuran tanto España como Francia, Alemania o Italia.

Sin embargo, queda por dilucidar si países como Rusia o Egipto (único africano interesado), que solicitaron entrar en el AIIB dentro de plazo, serán finalmente miembros fundadores, pues Pekín no se ha pronunciado sobre su estatus.

Sí es seguro, en cambio, que Taiwán, otro territorio interesado, no formará parte del corpus fundacional, como fue confirmado el lunes por un portavoz chino sin dar más explicaciones, aunque era algo previsible dado que Pekín no considera a la isla escindida en 1949 como un Estado soberano.

"Puede haber sorpresas a este respecto, ya que Taiwán podría figurar en el banco mediante otras fórmulas", dijo a Efe el economista Meng Yuanxin, del Instituto New Continent, que considera que el AIIB también podría ayudar a mejorar las relaciones entre Pekín y Taipei, tras más de seis décadas de separación.

"Aceptar a Taiwán como miembro del AIIB podría ayudar a un encuentro entre los presidentes de China y Taiwán (Xi Jinping y Ma Jing-yeou)", adelantó Meng, aunque también se barajó esa posibilidad en la cumbre Asia-Pacífico de 2014, que finalmente no tuvo lugar.

La idea de un banco de inversión para el continente asiático fue citada por primera vez por Xi en una gira por el sureste de Asia en 2013, y empezó a tomar forma un año después, cuando 21 ministros de Finanzas de Asia, entre ellos los de India, Tailandia o Malasia, firmaron el acuerdo de fundación.

Otras naciones asiáticas inicialmente escépticas hacia un banco que estará dominado por China, como Indonesia o Corea del Sur, acabaron uniéndose a la iniciativa.

No así Japón, que siempre ha puesto en duda la transparencia de una nueva institución que hará sombra al Banco de Desarrollo Asiático, creado en 1966 y dominado por Tokio.

En Asia, prácticamente sólo Japón, Corea del Norte y varias naciones en conflicto, como Irak, Siria, Afganistán o Yemen, estarán ausentes de la composición inicial del AIIB.

El mayor ausente, en todo caso, es Estados Unidos, país donde se considera al AIIB como un contrapeso de Pekín al orden financiero internacional nacido en 1944 en Bretton Woods, con el BM y el Fondo Monetario Internacional como pilares fundamentales.

Una vez se confirme la lista de miembros, se pasará a negociar el porcentaje de voto de cada uno de ellos y quién será el gobernador del AIIB, con la duda de si será un alto cargo comunista chino.

Altos funcionarios de los países fundadores se reunirán el próximo día 28 en Pekín para iniciar la negociación, indicaron fuentes diplomáticas.

"No se puede dar por seguro que vaya a haber un gobernador chino, porque ello podría desalentar a que nuevos miembros ingresen en el banco en los próximos meses", señaló el economista Meng Yuanxin al respecto.