La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha indicado hoy que la formación de los trabajadores es urgente y que "no tenemos ni un minuto que perder", al tiempo que ha añadido que la nueva formación profesional permitirá mejorar la empleabilidad y favorecer la competitividad de las empresas.

Báñez ha intervenido hoy en el Congreso de los Diputados en el debate sobre la convalidación o derogación de la reforma urgente del sistema de formación profesional, en donde ha señalado que es un proyecto "crucial" para la creación de empleo estable y de calidad y del derecho a la promoción de todos los trabajadores

"España debe y tiene que competir en talento y capital humano, no en salarios bajos", ha declarado.

La ministra ha subrayado que con la nueva reforma los recursos irán a concurrencia competitiva, de manera que los centros formadores accederán a las convocatorias "en igualdad de condiciones" y será el mercado quien elija.

También ha destacado la cuenta de formación asociada a cada trabajador, que permitirá conocer los cursos que ha realizado cada uno, y la creación de un cheque de formación para que cada parado pueda elegir libremente el lugar en el que se quiere formar.

Báñez ha asegurado también que habrá "tolerancia cero" con el fraude para que cada euro vaya destinado efectivamente a la formación.

Se creará una unidad especial de inspección y se elevarán las sanciones, para que el sistema tenga "más transparencia" y "control".

Ha señalado como otras metas que se mejore la coordinación con las comunidades autónomas y que el nuevo sistema sea capaz de anticiparse a las necesidades del tejido productivo.

Báñez ha afirmado que esta reforma es fruto de un amplio proceso de diálogo con los interlocutores sociales, que seguirán teniendo un papel protagonista en el diseño, planificación y programación de los cursos.

Pese a que ha reconocido los éxitos "cuantitativos" del modelo de formación profesional, Báñez ha opinado que los aspectos "cualitativos" ponían de manifiesto importantes debilidades que se pretenden solventar con la actual reforma.

Entre esas debilidades ha mencionado la falta de un sistema integrado de información sobre formación profesional y "un marco competencial" repartido entre comunidades autónomas y administración general "que a veces ha dificultado la planificación estratégica".

La ministra ha dicho que en el anterior sistema faltaban elementos de evaluación y que su impacto en el tejido productivo y en la inserción laboral era "mínimo o mediano".

"Si analizamos los contenidos formativos del modelo anterior, había bastante diferencia entre la necesidades del tejido productivo y los cursos que se impartían", ha explicado.