Está tan ansioso que tuvieron que llamarle la atención. "No le des más y métete ya en el vestuario". Caballero hizo caso a regañadientes, pero no pudo evitar coger la pelota y conducirla con el pie durante el trayecto que había entre el córner y el túnel. Caminaba serio, pero el rostro se le iluminó cuando le preguntaron desde la grada cómo se encontraba. "¡Vamos para arriba! --exclamó, sonriente--; que antes iba para abajo", recordó.

Durante buena parte de la mañana realizó un trabajo específico en el terreno de juego, casi todo con balón. Sus sensaciones fueron muy positivas. En el club confirman que mañana podrá incorporarse junto al resto de sus compañeros.

El caso de Caballero ha sido el más preocupante de la enfermería. Se lesionó durante el partido ante el Huesca, hace ya dos meses, cuando en principio se esperaba que estuviera de baja unas tres semanas. El equipo ha notado mucho su baja, acuciada por la de Javi Hervás. Todo parece indicar, ahora sí, que el final del túnel está próximo.

Se le acumulan las buenas noticias a Paco Jémez --ayer volvió a tomar el mando de la sesión tras su viaje a Coruña--, pues Quero también podrá entrenarse con normalidad mañana.

La terna de alegrías la completa Alberto García, que está cumpliendo los plazos de recuperación, que estimaban un periodo de baja de diez días. Ayer estuvo haciendo ejercicios con el preparador de porteros, Jorge Ramírez, por lo que su puesta a punto se acerca.

Por otro lado, Borja García se retiró de la sesión con antelación por unos problemas en la muela. Fue simplemente por precaución, "para que no derive en un tirón". El madrileño, de paso, hizo autocrítica. "Tenemos que coger la senda del buen juego que hemos perdido en los últimos partidos", comentó. También se lo aplicó en lo personal. "Me gustaría recuperar mi mejor juego, porque aunque he marcado en los dos últimos partidos, no he rayado al nivel que venía mostrando a principio de temporada".