"A todos nos gustaría tener una base del equipo formada por jugadores del Córdoba, entre otras cosas, porque un equipo como el nuestro aspira a ser una fábrica de jugadores. Que salgan jugadores que consoliden económica y deportivamente al equipo". Es una de las declaraciones de intenciones que el lunes el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, desglosaba en El Arcángel junto a Carlos González, que decía que al menos 10 o 12 jugadores de peso tenían que ser de Córdoba.

Y es que el primer equipo --y casi que también el filial, donde apenas dos jugadores están en el once tipo cuando el año pasado era seis o siete-- se ha ido quedando sin cordobeses. El único que queda es Fede Vico y, de hecho, está prestado.

En los cuatro años que lleva González al frente de la entidad blanquiverde han defendido la elástica blanquiverde 15 cordobeses, aunque seis de ellos solo han tenido presencia testimonial: formaban parte del segundo equipo y fueron citados para un partido concreto. Fueron los casos, en orden cronológico, de Ismael Bolívar, Javi López, Javi Cabezas, Manuel Miquel --el juvenil aquel al que Juan Eduardo Esnáider le dio por citar en sus dos últimos encuentros--, Rafa Gálvez y Dani Espejo. Los cuatro primeros o bien los echaron o bien no los renovaron al cumplir contrato sub 23. Sin embargo, con el lateral y el pivote (Gálvez y Espejo) se hizo negocio, traspasándolos a canteras importantes, Elche y Atlético de Madrid, respectivamente, y con el Córdoba guardándose el 50% de sus derechos.

La criba de cordobeses en el primer equipo comenzó antes incluso que la temporada, nada más aterrizar Carlos González en El Arcángel. Javi Flores y Jorge Luque fueron despedidos porque "no se podían asumir sus sueldos", como se justificó en su momento. Gaspar no fue renovado, a Alberto Aguilar lo echaron, con Pepe Díaz se llegó a un acuerdo de rescisión y los hermanos Cruz están cedidos en equipos de Segunda.

Javi Hervás, Fernández y Fede Vico dejaron a las arcas del club en torno a tres millones de euros en un momento en el que la situación económica de la entidad era crítica. Por eso, para los responsables de la cantera, el caso más doloroso fue el de Fuentes, que se fue a un Primera sin que reportase económicamente ni un euro a las arcas del club que le dio la formación.