La joven pintora Natalia Martínez Herrero (Córdoba, 1983) inauguró ayer en el Palacio de Congresos --"un lugar mágico", según dijo-- su primera exposición individual, una muestra de cerca de 20 obras, algunas agrupadas en series, titulada Mi respuesta , significativo título para su tarjeta de presentación en el mundo de la exhibición y el mercado del arte, en el que entra sin complejos con una obra principalmente acrílica, de amplios formatos, que contiene las claves de una personalidad intensa y abierta al aprendizaje.

Afincada en Madrid, donde cursa Bellas Artes en la Universidad Europea, Natalia Martínez estudió bachillerato artístico en la Escuela de Arte Mateo Inurria y en los últimos años se ha dado a conocer en Córdoba participando en diversas exposiciones.

La autora de Mi respuesta asegura ser "consciente de lo mucho que aún me queda por saber" y afronta la creación artística como un campo en "constante evolución" a través del cual la interpretación del mundo y el conocimiento de uno mismo alcanzan un equilibrio, abierto siempre a nuevas circunstancias. "Mi obra no se encuadra en ningún estilo concreto", confiesa. "Desarrollo diversas técnicas y formatos", si bien afirma que de momento se expresa mejor en grandes formatos de acrílicos, aunque la muestra que ayer inauguró incluye también óleos.

En la génesis de la vocación artística de Natalia Martínez está su familia, que "siempre se ha interesado por las artes plásticas" y, principalmente, su padre, "un artista autodidacta". Y entre sus maestros, Velázquez, Goya, Manet, Picasso, Marc, Dalí, Nauman, Walter de María, Beuys, Kuitca y una larga lista de propuestas heterogéneas de las que ha aprendido a mirar el mundo para alcanzar su propia visión, que acaba de configurar su primer estatuto de madurez en la colección Mi respuesta .

Según la joven pintora, el mundo artístico de Córdoba está evolucionando mucho y es preciso el apoyo institucional para la proyección de los jóvenes.