Su garganta aún está en forma y sigue siendo aquel , alguien único que a sus 71 años no ha perdido ni un ápice de glamour , aunque ahora se muestra un poco más comedido en sus tan personales gesticulaciones. Así lo disfrutaron los 3.500 cordobeses de todas las edades y variopintas tendencias que acudieron anoche al Teatro de la Axerquía para vivir la gran noche de Raphael en Córdoba. Vestido de negro, provocador y con su peculiar sonrisa como bandera, no paró de recibir elogios y aplausos de un público incondicional dispuesto a perdonarle todo, algo que no fue necesario ya que el cantante de Linares derrochó energía de principio a fin, moviéndose sobre el escenario casi como si el tiempo no hubiera pasado.

Durante su concierto, de más de dos horas de duración, Raphael interpretó lo que él llama las joyas de la corona : Yo soy aquel, Mi gran noche, Todas las chicas me gustan, En carne viva, Escándalo o Como yo te amo , entre otros grandes éxitos de su prolífica carrera que forman parte de la historia musical española, sin olvidar un Digan lo que digan que solo él puede interpretar de esa manera.

El escenario estaba presidido por una escalera circular por la que subió en alguna ocasión, y le acompañaba una solvente banda compuesta por un batería, dos guitarristas, un músico a los teclados y un fantástico piano de cola en el que Raphael se apoyó para adentrarse en el amor y el desamor, grandes protagonistas de sus canciones y, por supuesto, de este concierto, perteneciente a su última gira.

Desafiando al tiempo y con la palabra "jubilación" fuera de su repertorio, el cantante recorrió su vida a través de sus temas y demostró que se encuentra en forma ante un público de fieles seguidores, de los hijos de éstos y de algunos que apenas hace nada que lo conocen gracias a exitosas versiones de sus temas en voces de grupos o intérpretes que poco o nada, aparentemente, tienen que ver con él.

A lo largo de su actuación, coreada constantemente por el público, el cantante hizo un repaso a varias décadas con canciones como Hablemos del amor, Cuando tú no estás o Desde aquel día , todo un ejercicio de nostalgia para algunos de los asistentes, que no pudieron evitar la emoción. Mostrándose muy cómodo, bromeó con el público y, por supuesto, agradeció a Córdoba el calor recibido en La Axerquía.