Orquesta de Córdoba

Director: Lorenzo Ramos

Guitarra: Javier Riba

Tenor: Pablo García-López

Programa: Rossini, Bretón y Palomo

El quinto concierto de la temporada de abono de la Orquesta de Córdoba, dedicado a la celebración del Día de Andalucía, comenzó de forma luctuosa con las palabras de Lorenzo Ramos en recuerdo del violoncelista Alvaro Fernández --antiguo miembro de la formación cordobesa--, fallecido esta misma semana. Por otra parte, el estreno de una obra inspirada en Córdoba --intensamente aventado en los medios locales por su autor--, despertó una expectación poco frecuente en nuestra ciudad que tuvo reflejo en el público que acudió a la sala.

La orquesta y su director comenzaron con una ligera y chispeante versión de la obertura de El barbero de Sevilla de Rossini, más atenta a lo musical que a lo dramático, para dar paso a las Escenas andaluzas de Bretón, cuatro piezas entre las que destacaron el Polo gitano y el Zapateado , en las que la orquesta sonó en todas sus secciones todo lo bien que se puede ante estas partituras, vistosas pero menores.

Las noticias que antecedieron al estreno de la Sinfonía Córdoba apuntaban a una obra programática con paradas en la Mezquita (para los que no viven en esta ciudad, la dicotomía entre Mezquita y Catedral no existe, sólo es cuestión de tener una perspectiva suficientemente amplia), el río Guadalquivir y los patios en el mes de mayo; unas perspectivas intensamente holladas por el arte que suelen encontrar su cimiento en la percepción novecentista y folclórica de lo cordobés.

La música que pudimos escuchar no respondía a estos anticipos descriptivos ni en lo programático ni en lo folclórico --que sólo tuvo cabida en los dúos para tenor y guitarra del primer movimiento, abruptamente yuxtapuestos al fluir sinfónico pero limpiamente interpretados por tenor y guitarrista--, sino que discurrió por paisajes sin referencias explícitas, con desarrollos bien resueltos y tensiones recurrentes que jalonaban el avance de la partitura. Es cierto que esta música no abrirá puertas hacia nuevos paisajes compositivos, que la emoción que transmite no es desbordante, sino contenida y acotada, pero también lo es que el manejo del lenguaje que desplegó Palomo tuvo momentos interesantes y lúcidos, como en las metamorfosis sobre Dime niño de quién eres , con las que construye el segundo movimiento por entero, el mejor de los tres.

Ante la brevedad de su intervención y los aplausos del público, Riba y García-López ofrecieron como propina Sólo tú , canción de Una primavera andaluza , de Palomo.