Cañizares. Cuarteto flamenco

34 Festival de la Guitarra de Córdoba

Día: Sábado, 5 de julio del 2014

Lugar: Teatro Góngora.

Guitarra: Cañizares:

Juan Carlos Gómez: Segunda guitarra

Charo Espino: Baile, castañuelas y palmas

Angel Muñoz: Baile, cajón y palmas.

Aunque desde hace tiempo teníamos asumido el ancho horizonte que la técnica de la guitarra flamenca es capaz de abarcar, lo que nos ofreció Cañizares en el Teatro Góngora no hizo sino corroborar esta evidencia desde las primeras notas de este concierto para el recuerdo. Ya el repertorio, inteligentemente distribuido en dos partes, sería suficientemente esclarecedor de la grandeza de este guitarrista que se ha echado la responsabilidad de emprender la doble y magnánima tarea de dignificar la guitarra en el campo de la música llamada clásica y el toque flamenco más renovado e intenso.

Fue un concierto en el que pudimos comprobar las excelencias de este gran músico que en un alarde de sensibilidad y refinada técnica transitó por la bella música de Falla con el carácter dominante de un especialista que toda su vida hubiera estado conducida por el exclusivismo que plantea este campo.

Desde las Siete Canciones Populares Españolas , pasando por El Sombrero de Tres Picos y La Vida Breve , hasta la segunda parte eminentemente flamenca, todo fue un tratado de buen gusto asistido por sus apabullantes recursos y una extraordinaria capacidad expresiva, que desde nuestro punto de vista es uno de los signos más sugestivos de Cañizares. Sutil, poderoso, acariciante y sensible con el prodigio de su perfeccionadísima técnica con la que extrae un limpio sonido tímbrico, que el publico captó desde el primer momento, magnetizado ante el inmenso despliegue de armonías, trémolos, arpegio, fabuloso pulgar y su prodigioso recorrido por el diapasón. Y como impactante recurso, esas vertiginosas escalas, muy en la línea en su colaboración durante una década con el genio algecireño desaparecido, cuya evocación quedaría reflejada en ese diálogo que mantuvo en la parte flamenca con la guitarra de Juan Carlos Gómez, yo pico, tú contestas, hasta desatar el frenesí del público que llenaba el Góngora.

Las obras de Falla de la primera parte, la guajira, las alegrías, los tangos-rumba, las bulerías y los bises que tuvieron que protagonizar verificaron el éxito de este Cuarteto Flamenco en el que el elegante baile de Charo Espino y del cordobés Angel Muñoz, y el toque del citado Juan Carlos Gómez, justificaron de sobra que planteamientos minimalistas de este calado son capaces de magnificar cualquier discurso sin son llevados con inteligencia y sensibilidad, y desatar el aplauso entusiasta de los asistentes, gratamente sorprendidos por este binomio clásico-flamenco, que es la flagrante prueba del hondo y sensible compromiso que Cañizares se ha impuesto como señal de convivencia de estos dos universos tan distantes, y a la vez tan unidos por el poder fascinante de las seis cuerdas.