Vamos a ver y antes de empezar con los juicios de valor: cuando Enrique Bunbury salió al escenario, la Axerquía rugió. Cuando pocos segundos después entonó las primeras estrofas de Iberia Sumergida, uno de las grandes canciones de Héroes del Silencio, se vino arriba. Y así se mantuvo a lo largo de las casi dos horas de concierto.

Sí, es posible que Bunbury no sea el mejor frontman del rock hispano (o latino, según desde qué orilla se cuente), pero, por lo visto en el concierto cordobés de este Mutaciones Tour, tiene toda la pinta de ser bastante mejor que quién sea el segundo.

Al borde de la cincuentena, y repasando treinta años de carrera, Bunbury, que se define a sí mismo como un «músico intuitivo», está girando con un espectáculo extraordinariamente profesional y estudiado hasta en los más mínimos detalles. Desde el inicio hasta la recta final, con un puñado de melodías propuestas para cerrar con buena mano el set.

En todo momento, ofreció una puesta en escena impecable y una interpretación estética y musical típica de los «grandes».

El cancionero que lleva, una base de 15 canciones «con una relación especial entre ellas» combina los géneros en los que se ha movido a través del «azar», que es la idea conceptual de su unplugged para la MTV El libro de las mutaciones. Y sí, la relectura de Avalancha o Porqué las cosas cambian no tiene sólo que ver con el formato -supuestamente acústico- sino con las miradas que cambian al paso del tiempo.

Un tiempo, que, en efecto, es azar y que dio sitio a canciones que merecen la pena que estén.

Así por ejemplo, y además de interpretar la base de Mutaciones, con mención especial para la tercera del set en la Axerquía, Dos clavos a mis alas (que compuso en su día para Raphael), Bunbury jugó con el azar para incluir alguna otra perla como Que tengas suertecita, posiblemente la más coreada por los asistentes junto con Mar adentro.

Aunque, en realidad, apenas hubo canciones en las que Bunbury no tuviera acompañamiento de cientos de voces.

Y el cierre igualmente previsto, perdón medido. En comunión con la gente, que a esas alturas no se hubiera creído algo que dijo el Héroe recientemente hablando de sí mismo: «es que a lo mejor has escrito más canciones en el pasado de las que te quedan por escribir en el futuro».

Si fuera cosa del azar habría que jugar a que le quedan muchas. Icónicas en su mayoría.