Una película histórica rodada en euskera, Handia; otra autobiográfica rodada en catalán, Verano 1993; y un texto literario rodado en inglés, La librería, compiten este año por los mejores premios de la 32 edición de los Goya, síntoma, según los nominados, de que la Academia de Cine se moderniza. Handia, versión de la leyenda del gigante vasco de Altzo, de Aitor Arregi y Jon Garaño, con trece candidaturas; La librería, de Isabel Coixet, con doce; El autor, de Manuel Martín Cuenca, con nueve; Verano 1993, ópera prima de Carla Simón, con ocho; y Verónica, de Paco Plaza, con siete, congregan este año todas las expectativas.

Coincide que el público ha respaldado la mayoría de las preferencias de los académicos, renovados este año por expresa decisión de su presidenta Yvonne Blake, que giró invitaciones a muchos de los nuevos representantes del cine español. Únicamente Handia, que ha sido vista por algo más de 82.000 espectadores, tiene pendiente la asignatura del público fuera del País Vasco, a pesar de haber sido la cinta en euskera más vista de la historia, según ha explicado Jon Garaño, quien espera que este «empujón» sirva para lanzar el filme.

Handia opta a mejor película, dirección, actor revelación, guión original, dirección de producción, dirección de fotografía, música original, montaje, sonido, dirección artística, vestuario y maquillaje. Detrás de Handia en número de nominaciones, el caso contrario, La librería, que ha sido una de las más taquilleras desde su estreno el 10 de noviembre, con más de 300.000 espectadores. Un éxito que Coixet ha celebrado como «una manera de pensar que su idea de llevar al cine esta novela de Penelope Fitzgerald no era tan loca», como demuestra la variedad de las categorías por las que compite, relacionadas con aspectos como la música, el diseño, el guión o la producción.

Pero también películas pequeñas, diversas, como Pieles, Selfie, La llamada o No sé decir adiós han logrado colarse en al menos una categoría que opta a galardón. Algunos, como Itziar Castro, después de veinte años de profesión, como actriz revelación en la cinta de Eduardo Casanova.

Se repiten en las candidaturas a mejor protagonista los nombres de actores y actrices consagrados, repetidores en los Goya, como Maribel Verdú, Penélope Cruz, Javier Bardem o Javier Gutiérrez, algunos con hasta tres dobletes en su historia, como Antonio de la Torre, de nuevo candidato como protagonista de Abracadabra y secundario en El autor. Pero también se incluyen nombres menos habituales, como las protagonistas de No sé decir adiós, Nathalie Poza, y La librería, Emily Mortimer, y de Andrés Gertrúdix por Morir, los dos últimos por primera vez ante el mayor reconocimiento del cine español.

Un año «muy bueno» para las óperas primas, en opinión del productor Enrique Lavigne, con veinte nominaciones en cinco de sus películas -Verónica (7), Oro (6), Selfie (1) y La llamada (5), además del cortometraje de Rodrigo Sorogoyen, Madre-, que muestran el «relevo generacional» que está experimentando la Academia. Es el caso de Verano 1993, de la debutante Carla Simón, que ha logrado con este íntimo retrato de su propia vida no solo lograr ocho candidaturas en los Goya, sino también haber sido elegida para representar a España en los Óscar. Mención aparte merece la tercera película en nominaciones, el drama literario El autor, que ha conseguido nueve nominaciones, entre ellas, a mejor protagonista para Javier Gutiérrez.