Después de 17 años participando en el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Córdoba, Carmen García García Koski anunció su retirada el año pasado obteniendo un segundo premio, su mejor clasificación, con la chirigota Qué bien bailan las hijas de Putin. Pese a ello, García no ha abandonado la rutina de los ensayos ante su proyecto carnalero más importante: el pregón de esta tarde (19.30 horas) en la plaza de Las Tendillas.

--¿Cuánto tiempo ha estado saliendo en Carvanal?

--Llevo aproximadamente 17 años. Me estrené con una chirigota de barrio, aquí en Fátima. Recuerdo que pase por una peluquería y una amiga me dijo de salir en una chirigota. A mí me encanta el Carnaval casi desde que nací. Me lancé y tres años después, cogí las riendas del grupo.

--¿Siempre ha estado en la misma agrupación?

--No exactamente. Empecé con una de barrio, después entré en una chirigota de mujeres dirigida por Sonia Esquinas. Pasados dos años, Sonia anunció que lo dejaba y entonces yo asumí la autoría, la música y con la ayuda del grupo, pudimos sacarlo adelante. Era un grupo nuevo, que costó mucho hacerlo pues aunque había muchas mujeres que les gustaba el Carnaval, no había tantas que se atrevieran a salir en un grupo. Entonces el primer año estábamos cinco, pero el mínimo para montar una chirigota eran ocho y nos faltaban instrumentos. Queríamos ser una chirigota íntegra de mujeres. Lo conseguimos. El primer año en el 2003 fuimos ocho con Las Tartarichis.

--¿Sus mejores recuerdos con la chirigota?

--Muchísimos. Hemos hecho una familia, aparte de que nos gusta el Carnaval. Los comienzos fueron duros, pues cuando un grupo parte de cero lo hace en todo. Buscamos dinero a través de papeletas, publicidad y un largo etcétera.

--El año pasado quiso despedirse mezclando la problemática de la Asociación Carnavalesca del primer pasodoble con la nostalgia de la despedida en el segundo.

--Se vive con mucha emoción y pena al mismo tiempo. Nosotras tuvimos que dejarlo no porque queramos, sino por obligaciones. Por trabajos, la mayoría tenemos niños, la conciliación no es la misma. Nos hemos cortado la coleta durante un tiempo, pero deseo que cuando pase un tiempo y estemos más tranquilas, haya ganas y nuestros niños estén más grandes, pues esperamos recuperarlo.

--¿Cómo recuerda ese año sabiendo que iba a ser el último?

--Muy emocionante y la verdad que nos hemos despedido por la puerta grande. El segundo premio ha sido el mayor premio que nos han dado. Muy contentas porque el grupo nos costaba horrores juntarnos en diciembre, ya que muchas trabajamos en centros comerciales y llegas a casa tarde para estar un rato con tus niños. Y en diciembre dijimos de no salir, pero bastó que una nos animara para que hiciéramos una piña y le dimos caña, peleas con los maridos (entre risas), pero mereció la pena.

--Dijeron que iba a ser el último año pero al final han ganado un año más de ensayos.

--Eso no me lo esperaba yo. Me propusieron ser pregonera en verano y en principio dije que no, pues no me veía capacitada para ello. Después mucha gente me animó y ahí estamos otra vez ensayando como si se tratara de una actuación de concurso.

--¿Cómo se enteró de que iba a ser pregonera?

--En agosto me lo propuso el presidente, Alfonso González, y en principio le dije que no, me lo tenía que pensar. Yo cantar lo que quieras, pero nunca he subido a un escenario para hablar durante una hora. Mucha gente me convenció y después yo pensé que el pregón sería una cosa única en mi vida. Por eso dije que sí y ya que salga lo que tenga que salir.

--¿Cómo ha llevado la preparación del pregón?

--Muy nerviosa, más que cuando saco el grupo. Es una responsabilidad grandísima y no quiero que sea algo aburrido. En Las Tendillas habrá mucha gente que no nos conozca o a mi personalmente, por eso quiero hacerlo ameno para que la gente escuche algo de música, de carnaval.

--¿Qué podremos ver en su pregón?

--Vamos a ver cosas nuestras de todos los años, pero van a ir versionadas. No va a ser solo un bombo, una caja y una guitarra, sino que también llevaremos un piano, un saxofón, un bajo. Espero que se queda bien.

--¿Qué espera de este Carnaval que se aproxima?

--¿Qué espero? Lo primero que el Concurso vaya bien, que haya calidad, la gente de Córdoba se entregue si el tiempo colabora también. Deseo que haya mucha gente en las calles y sobre todo, gente disfrazada. También deseo que vaya mucha gente y que lo disfrute, pues si la gente se lo pasa bien y disfruta, yo disfrutaré el doble.

--Potenciar las actividades de la calle sigue siendo determinante.

--Es una buena iniciativa. Recuerdo que el año pasado fue nuestro primer año en el centro tras el pregón de Fernando Abad y había escenarios por muchos lugares y el centro estaba lleno de gente. La gente que le gusta el Carnaval va a todos los sitios. El que sea del barrio y le gusta pasarlo bien, pues ya está. Pero es verdad que el centro y casco histórico es más amplio y más cómodo a la hora de desplazarse.

--Al igual que el Pasacalles del Puente.

--Respecto al Pasacalles del Puente, imagínate los turistas que si quedan fascinados con Córdoba, imagínate si le pones un espectáculo en la calle y gratuito. Yo aún recuerdo mi visita a Nueva York, pues fui a cantar allí por el flamenco. La ciudad de Nueva York es un espectáculo en sí, pero recuerdo que fue el día de la República Dominicana y había una carroza, gente bailando. Te vas con otro sabor de boca.

--¿Será un Carnaval especial?

--Sí, sin duda. Ya lo estoy notando. Estoy más nerviosa y agobiada que ningún año porque quiero que salga bien, hay que quedar con mucha gente y es imposible quedar con todo el mundo. Ayer fuimos a ensayar y estuvimos siete. Peor aún así, con muchas ganas. El concurso lo he pasado relajada, que es algo a lo que no estoy acostumbrada. Además, al tener la suerte de ser pregonera he intentado ir todos los días, siempre que el trabajo me lo ha permitido. Lo he pasado relajada y lo he disfrutado mucho.

--Para finalizar, ¿con qué te quedas de estos 17 años?

--Ser un grupo más. Nuestra lucha no era ganar un primero, de hecho hay grupos de mujeres que lo han conseguido y nos sentimos responsables y orgullosas de ello. Nuestra lucha anterior ha llevado a esto. Pero nuestra lucha era ser un grupo más, que no nos mirasen como mujeres entre hombres, sino ser un grupo más. Esa era nuestra guerra y lo conseguimos, para qué quiero más premios.