El centro de congresos del Parque Joyero tendrá, además de su pasarela elevada, una peculiaridad que lo distinguirá del resto de los edificios de Córdoba, su fachada. El arquitecto Rafael de la Hoz ha pensado en algo innovador y experimental, que "posicionará al edificio como un nuevo referente arquitectónico de la ciudad", según consta en la memoria. La idea es desmontar por completo la fachada existente para sustituirla por otra que responderá automáticamente a las condiciones ambientales sin que nada ni nadie la controle. La intención es colocar bloques de vidrio que lleven dentro un elemento capaz de reaccionar a las condiciones externas. Aún se está estudiando la fórmula que se va a emplear pero hay dos líneas de trabajo que contemplan la "homeostasis", y consisten, por un lado, en paneles o chapas metálicas móviles y, por otro, en un núcleo de polímero flexible envuelto por un elastómero, que con luz se expande y da sombra en el interior pero sin luz se contrae y deja pasar la poca que haya. No haría falta electricidad y el montaje sería "rápido y limpio". Como alternativa se propone sustituir el elastómero por una chapa microperforada de aluminio en su color o de acero inoxidable de poco espesor, que protege del sol, deja pasar la luz al interior del pabellón y lo convierte "en una gran linterna luminosa por la noche", dotándolo de una "presencia espectacular".