El mundo de Rafael Herrador Martínez son los números, las cuotas de mercado y el volumen de negocio, pero dice que solo se siente completo cuando puede dar una dimensión más humana a su trabajo de despacho, ya sea en contacto directo con los clientes o en la faceta que, asegura con entusiasmo, más le satisface, que es la ayuda a los más vulnerables. Su cargo de director territorial de Caixabank en Andalucía occidental se lo pone en bandeja a través de la Obra Social, la niña bonita de este cordobés del barrio de Ciudad Jardín que, a sus 56 años, de finanzas se lo sabe casi todo, porque aunque se licenció en Derecho, ha desarrollado su trayectoria profesional en un sector donde se sintió cómodo desde el principio.

-Tener un cargo de responsabilidad en el sector bancario en tiempos tan tormentos como los que atravesamos debe de ser como estar sentado sobre un polvorín. ¿Cómo lo ha vivido usted?

-La crisis se ha sufrido en todos los sectores, y el bancario ha sido uno de los que ha tenido una mayor reconversión. De más de 50 entidades financieras que había en el 2006 hemos quedado aproximadamente 15. Nosotros hemos afrontado esa reconversión día a día. Afortunadamente Caixabank ha aprovechado la crisis para realizar un crecimiento no orgánico; desde el 2007 al 2017 hemos integrado muchas entidades. Primero fue Caja Gerona, luego Bankpyme, Banca Cívica -integrada por Cajasol, Caja Canarias, Caja Burgos y Caja Navarra-, el Banco de Valencia y Barclays. Eso nos ha permitido dar un salto en cuotas de negocio y de mercado.

-¿Se puede hablar por fin de estabilidad en el sector?

-Yo creo que el sector ha evolucionado a mejor claramente. Estamos hablando de cómo crecer en negocio, ya no ocurre como en los años 2010 y 2011 en que estábamos muy centrados en la crisis financiera.

-¿Dan entonces los expertos por superada esa crisis desde la banca, origen según muchos de la crisis general?

-Hombre, yo creo que los bancos, como un actor de la economía, fueron una víctima más de la crisis, no los impulsores de ella -matiza con una sonrisa, pero tajante-; nosotros no lo vemos así. En cuanto a si está superada la crisis de la banca pensamos que sí, lleva tiempo creciendo, muchos trimestres creciendo en España, y eso se puede ver en todos los indicadores económicos.

-Uno de esos indicadores es que, aunque tímidamente, empiezan a reabrir el grifo de las hipotecas.

-En nuestro caso nunca lo hemos cerrado, esa es una realidad contrastable. Creo que todas las entidades hemos intentado hacer operaciones de hipotecas o de inversión. La demanda siempre se retrae en un momento de crisis por la incertidumbre, que retrasa las decisiones. Cuando empieza a haber estabilidad en el empleo es el momento de comprar una vivienda o invertir a largo plazo, y eso está ocurriendo desde hace varios años.

-¿Y qué perspectivas tiene la banca para dar salida a todos esos pisos que se han quedado por impagos, y que ahora les suponen un lastre?

-Tenemos unas estructuras, estamos intentando ponerlas en el mercado y estamos vendiendo. En nuestro caso, cuando tenemos producto para vender, se está comercializando con cierta celeridad. Es cierto que hay muchísimas viviendas en las que hay algún problema urbanístico o jurídico y tenemos que seguir trabajando en ello para posteriormente comercializarlo. Nosotros no tenemos un estock que pensemos que no podemos vender.

-Nunca faltan las turbulencias. Cuando empezamos a salir de la crisis llega a la presidencia de EEUU el huracán Trump y Gran Bretaña se atrinchera en su ‘Brexit’. ¿Se están acusando estos fenómenos en el sector?

-Hasta ahora en nuestro caso, lo digo como economía española, seguimos creciendo. El pasado año lo hicimos mucho más que la economía euro y este las previsiones son también de crecimiento, incluido el mercado exterior; acabamos de cerrar la operación del Banco Portugués de Inversión (BPI). Naturalmente hay que estar atentos; lo que ocurra en cualquier mercado importante, como el británico o el norteamericano, tiene sus consecuencias, pero por ahora no lo estamos notando.

Rafael Herrador está considerado en su ambiente laboral como hombre ordenado, sistemático y muy trabajador. A lo largo de toda la entrevista, desarrollada en la sede de Diario CÓRDOBA en presencia de su jefa de comunicación, Sofía Rowe, da la impresión de ser hombre calmado. Y eso que, procedente de Aguilar de la Frontera, donde por razones de trabajo había recalado desde Sevilla, su lugar de residencia, llegó diez minutos tarde a causa del tráfico, incumpliendo su costumbre de puntualidad rigurosa. Se nota que es un profesional acostumbrado a controlar situaciones de todo tipo; un señor de traje gris impecable que habla rápido y sin consultar papeles, en tono bajo y persuasivo (te lo imaginas encajando un plan de jubilación a los veinteañeros, si esa fuera su tarea), mientras te taladra con una mirada que psicoanaliza todos tus gestos.

-Crisis aparte, también surgen buenas noticias, y ustedes desde Caixabank acaban de protagonizar una de ellas con la inauguración del Caixafórum de Sevilla. ¿Ayudará a dar más brío a la cultura andaluza?

-En primer lugar, Caixabank es una entidad diferente, porque su componente sociocultural es importantísimo. Durante toda la crisis hemos aportado a la sociedad española 500 millones de euros al año, 50 de ellos en esta comunidad autónoma. El Caixafórum es una muestra más del compromiso de Caixabank con Andalucía. Se ha hecho un desembolso de 20 millones de euros en un proyecto que son 8.000 metros cuadrados que se van a dedicar a la cultura en general y a actividades socioculturales, un espacio abierto a Andalucía.

-Usted, como máximo responsable de la entidad en Andalucía occidental desde el 2013, habrá vivido muy de cerca la gestación del centro.

-Pues sí, ha sido un regalo el poder ofrecerlo a los andaluces -dice sonriente y relajado-. La entidad ha querido hacerlo al máximo nivel; el arquitecto ha sido Guillermo Vázquez Consuegra, muy renombrado a nivel nacional, y su proyecto dará que hablar en los certámenes de arquitectura. Trabaja con un material nuevo que es espuma de aluminio. Llevamos 20.000 visitantes en las tres primeras semanas, lo que da idea de la excelente acogida que está teniendo.

-Antes, durante un año, había sido director territorial de Andalucía oriental, ¿le gustó el cambio?

-Yo estaba en Sevilla y a raíz de la operación de Cajasol se divide Andalucía en dos territoriales y me enviaron a la oriental, de la que entonces formaba parte Córdoba. Tuve que partir de cero y fue un proyecto muy bonito, pero por circunstancias personales del compañero me pidieron volver a Sevilla, y ahora me encargo de Huelva, Cádiz y Ceuta además de Sevilla y Córdoba. Andalucía es un sitio excelente para trabajar, y todas las provincias te dan oportunidades, siendo diferentes unas de otras en el tipo de negocio y de cliente.

-¿Y cómo es Córdoba, financieramente hablando?

-Córdoba ha sufrido una crisis severa y se ha reconvertido. Ahora mismo el sector agroalimentario le está dando un impulso claro y están apareciendo nuevos proyectos empresariales que le tienen que permitir crecer en la media de Andalucía. La provincia sigue muy dinámica, Lucena, Cabra, Montilla, la vega de Palma del Río y la sierra con Covap. Y la capital está resurgiendo, ya se ve a nivel inmobiliario.

-¿Cuántas oficinas tiene Caixabank en la provincia?

-72 oficinas y 450 empleados; con tres directores de área de negocio, un centro de empresas y un centro de banca privada. Y en Andalucía occidental tenemos 623 oficinas y 3.400 empleados; pocas empresas tienen esa plantilla.

-Y sobre todos ellos tiene usted mando en plaza.

-No, mando en plaza no -vuelve a sonreír-, nosotros trabajamos un liderazgo conquistador, intentamos convencer, porque cuando uno convence el trabajo se hace mejor que si uno lo impone. Intentamos conquistar al equipo para que dé lo mejor de sí en cada momento.

Una de las mayores fuentes de satisfacción de Rafael Herrador, como de todo aquel que tiene en sus manos la posibilidad de repartir solidaridad, es la Obra Social de la entidad, que ejerce su mecenazgo por toda la comunidad. «La Obra Social es nuestra bandera, nuestra seña de identidad, y estamos orgullosos de ella -afirma-, pero toda la organización, no solo el equipo directivo; todas las oficinas viven la Obra Social, ha sido nuestra prioridad durante la crisis». Casi el 80% de los recursos de Andalucía occidental, añade, se ha destinado a colectivos en riesgo de exclusión durante los malos tiempos. «Pensábamos que en momentos difíciles teníamos que ayudar a las personas en las primeras necesidades -recuerda-. Hemos llevado a cabo iniciativas como comedores con alma, que proporcionaban 4.000 comidas diarias; se han repartido en colaboración con las diputaciones 40.000 kits escolares, para que todos los niños pudieran estrenar material a principio de curso; y 20.000 pares de zapatos de diferentes modelos para que nadie se sintiera señalado, siempre en colaboración con Cáritas y otras instituciones».

-Recientemente han celebrado una ‘Semana Social’. ¿En qué ha consistido?

-Sí, hace dos semanas hemos tenido la suerte de participar en toda España 11.000 empleados haciendo actividades de voluntariado en asociaciones. Yo participé en Proyecto Hombre y en un centro de enfermos terminales de VIH en La Línea de la Concepción. Te ayuda a conocer la otra cara de la vida, te da humildad, y se crea una relación diferente entre los compañeros.

-¿Qué proyectos sociales desarrollan en Córdoba?

-Uno de ellos es el programa Incorpora, que trata de incorporar al mundo laboral a personas en riesgo de exclusión, y hay un paso más que es el programa Reincorpora, que hace lo mismo que el anterior pero con personas que han estado recluidas, y no es fácil. Tenemos también Caixa pro Infancia, y Educaixa. Y estamos muy contentos con la Cibercaixa Hospitalaria en el Reina Sofía, donde nuestros compañeros voluntarios realizan muchísimas actividades, entre otras montan la caseta de feria El Jarabito.

-¿Suele venir con frecuencia por Córdoba?

-Sí, porque mis padres, que ya están mayores, y mis dos hermanos -yo soy el pequeño- viven aquí. Y, en cuanto a lo profesional, viajo mucho, pero es verdad que a Córdoba vengo con más cariño, aunque eso no se me puede notar, ¿eh?

-¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?

-Pasear por Córdoba. Es una ciudad muy cómoda para vivir, una ciudad bonita en letras mayúsculas, con muchísimos rincones que quizá no valoramos suficientemente los cordobeses. Me da mucha alegría que la Ribera se haya recuperado, porque siempre habíamos vivido de espaldas al río, sin aprovechar ese lujo. Como el de pasear por San Pedro, Santa Marina...

-¿En qué barrio vivía usted?

-En Ciudad Jardín, en una zona de huerta que era de mi abuelo paterno; disfrutábamos jugando en la calle, porque no había coches, teníamos una sensación de tranquilidad absoluta, como si nada malo pudiera pasarnos. También iba mucho por San Agustín, porque mi abuela materna vivía en Reja de Don Gome.

Rafael Herrador decidió seguir la profesión de su tío Rafael Zamora Herrador, que fue presidente del Colegio de Abogados de Córdoba, y se marchó a estudiar Derecho a una sede universitaria de El Escorial adscrita a la Complutense de Madrid, donde le habían dicho que la preparación podía ser mejor. Solo ejerció unos meses como letrado. Estudió un máster en Gestión y Dirección Bancaria por AEDE, le surgió la oportunidad de entrar en un banco de Ronda, y aunque solo era auxiliar administrativo, cuenta que el mundo de la banca le atrapó. Desde entonces ha tenido responsabilidades en el Banco Santander, el Central Hispano y el Sabadell hasta llegar a la Caixa. «Lo que más satisfacción me da -asegura- es llegar a los sitios y conocer al cliente, llegar y estar como en casa».

-Con la banca ‘online’ el cliente cada vez pisa menos las oficinas, ¿pero no supone esto un riesgo para la estabilidad laboral de los empleados?

-No, porque antes teníamos un trabajo mucho más operativo y ahora lo enfocamos más al asesoramiento. El cliente no va al banco a sacar dinero o a hacer una transferencia sino cuando necesita comprarse una casa o pensar en su jubilación.

-Caixabank, como entidad de origen catalán, ¿podría verse afectada por el proceso independentista?

-¿Usted nos ve como catalanes? (sonríe para quitar hierro a la contrapregunta). Mire, hay una realidad que no ocultamos y es que somos una entidad barcelonesa, catalana y española; es nuestro carnet de identidad. Pero estamos muy insertados en la sociedad de cada población donde nos ubicamos, nuestra actividad forma parte del día a día del barrio. Nuestro centro de interés es que el cliente esté satisfecho, y un cliente satisfecho no mira para otros lados.

-¿Qué hace cuando no trabaja?

-Me encanta el deporte, sobre todo el senderismo y el golf, también la natación. Leo todo lo que puedo y practico por las mañanas mind fullness, meditación, un ejercicio que aporta bienestar a las personas y las organizaciones. Hay que saber parar.

-¿Cómo y dónde imagina su futuro? ¿Volverá algún día a Córdoba?

-No lo sé, ¿por qué no? Lo que sí me imagino es intentando ayudar a otras personas.

-Nació un 5 de enero y, al parecer, con vocación de Rey Mago.

-Y en el 2015 fui Rey Mago en Sevilla, otro regalo. Ayudar a los otros es ayudarse a sí mismo.