Todo ocurrió, según el relato del ministerio fiscal, en casa del acusado. Allí recibió con una botella de champán a una amiga a la que había invitado. Tras decirle que se sentara en el sofá, y «guiado de ánimo libidinoso», comenzó a contarle que se encontraba muy solo y le pidió que le diera un beso. Es más, se acercó a ella y no solo consiguió besarla sino que le tocó el culo por encima de la ropa. No contento con eso, y mientras le decía que la quería, se abalanzó sobre ella, le dio besos y trató de tocarle los pechos, si bien la mujer puso los brazos para evitarlo. Cuando ella abrió la puerta para marcharse, volvió a tocarle el culo, mientras intentaba realizar otros tocamientos. Por todo, el fiscal solicita para el acusado una pena de 23 meses de prisión por un delito contra la libertad sexual y alejamiento de la mujer durante tres años y medio.