Hace trece años abría sus puertas el Teatro Avanti, un proyecto creado por tres profesionales de las artes escénicas que se liaron la manta a la cabeza y decidieron quedarse en Córdoba, su ciudad, para hacer realidad un reto. Con su iniciativa debajo del brazo comenzaron a llamar a distintas puertas en su búsqueda del espacio idóneo para ubicar una escuela no oficial de teatro, danza y música y un nuevo escenario que ofreciera una oportunidad a los «grupos emergentes», como relata el director del teatro, Julián Molina.

Tras varias reuniones encontraron en el salón de actos de los Salesianos la respuesta a sus plegarias. El centro se involucró en el Proyecto Avanti y en 2005 el teatro abría sus puertas para «dar respuesta a esa demanda que creíamos que existía y sobre todo para cubrir esa parte de trabajar con la base».

Desde entonces y hasta ahora han pasado por la sala más de 700.000 espectadores, según Molina, y cada temporada acuden a sus aulas unos 350 alumnos. En su programación prestan especial atención a los más jóvenes, convencidos de que «es el público del futuro y que a través de la educación de los pequeños podemos conseguir personas vinculadas a la cultura».