El titular del juzgado de lo Penal 2 de Córdoba ha absuelto a un hombre acusado de un delito de abuso sexual al no quedar acreditado que realizara tocamientos ni ningún acto de contenido sexual con su hija de tres años como había denunciado la madre. El magistrado argumenta la absolución en que no existe testimonio de la menor y en que, además, el de la madre presenta "fisuras" y genera "dudas", más aún al producirse la denuncia tras una separación en un ambiente de "conflicto".

La sentencia considera probado que la separación de la pareja fue "bastante problemática", con una condena para el hombre por lesiones en el ámbito familiar y otras denuncias con resultado absolutorio. No obstante, los padres pactaron la custodia compartida de la menor, que pasó a estar con cada uno de ellos en meses alternos. Ni en fechas anteriores ni durante los periodos que la menor pasaba en el domicilio del padre en ejercicio de su custodia ha quedado acreditado, según la sentencia, que hubiera abusos sexuales, acusación solo mantenida por el abogado particular, ya que el ministerio fiscal solicitó la libre absolución.

El juez considera "anormal" y reprocha que no haya existido "exploración judicial" a la menor, tanto en la fase de instrucción como en la de juicio oral, y eso "sin la más mínima explicación". Así, ante la falta de testimonio de la menor, la única prueba es la de referencia de la madre de la menor a quien, según su propia versión, la pequeña le realizó espontáneamente el relato sobre los posibles tocamientos del padre. Sin embargo, señala el magistrado, la prueba "carece de virtualidad por ser una mera testifical de referencia", como establece la doctrina jurisprudencial.

Pero es más, el juez insiste en que aunque a efectos meramente didácticos se adentrara en la valoración de tal prueba, "las dudas y conjeturas que se presentarían a este juzgador serían insalvables". Así, primero señala que existe un "conflicto claro, manifiesto y evidente" entre la pareja por mucho que el convenio de custodia fuera de mutuo acuerdo. En segundo lugar, que el testimonio de la madre presenta "múltiples carencias", como decir que la pequeña tenía miedo del padre, algo desmentido por la directora de la guardería, donde de forma "sorprendente" pregonó "a voces" el presunto abuso. Y tercero, que a la menor no se le apreció signo físico alguno que permitiera afirmar la existencia de abuso. Por todo, acuerda la absolución.